En resumidas cuentas, en este mundo, cada cual consigue lo que se merece. Pero sólo quienes alcanzan el éxito lo reconocen.
Escribir no es una profesión sino una vocación de infelicidad.
En resumidas cuentas, en este mundo, cada cual consigue lo que se merece. Pero sólo quienes alcanzan el éxito lo reconocen.
Escribir no es una profesión sino una vocación de infelicidad.