• Por Antonio Méndez

Crítica

En el año 2005, y de manera póstuma, se publicó con éxito en Suecia este libro titulado “Los Hombres Que No Amaban a Las Mujeres”, texto editado en español tres años después de su aparición en las librerías suecas y cuatro de la muerte a causa de un ataque al corazón de su autor, Stieg Larsson.

La novela, inicio de la Trilogía de Milenio, es una intriga criminal que sigue los pasos del periodista Mikael Blomgvist y la experta informática Lisbeth Salander en el afán de esclarecer la desaparición de Harriett Vanger, sobrina del magnate Henrik Vanger. Los dos personajes principales forman la clásica pareja dispar de detectives unida con un objetivo común en un ambiente de creciente misterio.

La creación de estos caracteres es lo más destacado del libro, aunque por mostrarse original y huir de lo convencional, además de reservarse una especie de alter ego como amateur investigador, Larsson bordee la caricatura con una extrema mezcla coyuntural.

La trama maneja lugares comunes en escenarios lejanos y posee resonancias del suspense clásico de Agatha Christie.

Al igual que otros autores “negros” de su país, la investigación criminal sirve para realizar diversas críticas y comentarios sociales, abordando asuntos de corrupción, periodismo pusilánime y violencia. Al mismo tiempo conecta, al estilo hitchcockiano y en ámbito familiar, el aspecto oscuro que se soterra en la luminosa apariencia de prosperidad.

Los protagonistas, a pesar de lo referenciado con anterioridad, tienen suficiente personalidad y singularidad (con lo que no resultará difícil involucrarse en sus acciones); la narración, con un estilo casi periodístico, se aleja de manierismos; y la atmósfera de intriga está suficientemente conseguida, acrecentándose en el progreso de una trama con una conclusión que depende en demasía de la condición de la novela como primer título de una trilogía.

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