Sinopsis

Una hermosa estatua se ha erigido en honor al fallecido Príncipe Feliz. Una golondrina, que se ha quedado rezagada de su bandada migrando a Egipto, entabla relación con el príncipe, que ha llevado una vida de lujo desconociendo la pobreza que le rodeaba.
El príncipe le pide a la golondrina que vaya distribuyendo las piedras preciosas que conforman su estatua entre la gente necesitada. El invierno avanza, y la estatua va perdiendo sus ojos, sus ropajes, su corazón… al tiempo que la golondrina sufre la inclemencia de la estación.

Crítica

Publicado en el año 1888, este es uno de los cuentos de fantasía y moraleja que el irlandés Oscar Wilde escribió para sus hijos.

Es una historia sencilla, con el trazo delicado, sensible, del autor irlandés en este tipo de relatos cortos, que vincula a una estatua y una golondrina para tratar el sacrificio (el tema clave del cuento), la futilidad de la apariencia y la ayuda en escenarios de miseria.

Contrasta las actitudes desprendidas del príncipe y la gaviota con el egoísmo de los políticos y la indiferencia general de la gente, que desprecia lo aparentemente deslucido e idolatra la belleza, relegando Wilde la recompensa a las buenas acciones a mundos menos superficiales y materialistas.