• Por Antonio Méndez

queen a day at the races album review portada cover discoCrítica

Después de publicar una de sus mejores obras, el esencial “A Night At The Opera”, el grupo Queen retomaba otro título de película de los hermanos Marx para nombrar un album inferior al previo pero considerable y generalmente subestimado.

Se fundamenta en su pop-rock con tendencia a la factura operística que consigue con la teatralidad de las formas intensificar emocionalmente sus propuestas, brillantes juegos vocales y, sobre todo, canciones de gran nivel compositivo.

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El disco contiene hard-rock glam a lo Slade en la fibrosa “Tie Your Mother Down”; hermosas baladas con base pianística en las sentimentales “You Take My Breath Away” (con un inicio digno de los mejores Beach Boys) y “Teo Torriatte (Let Us Cling Together)”; exquisitas tonadas pop de estimable valor melódico y tonalidad optimista, con la mccartniana “Long Away” (escrita y cantada por Brian May) o “You And I”; valses de trazos operísticos y cabareteros en la simpática “The Millionaire Waltz”; comentarios anticolonialistas de reinvidicación india en “White Man”, notable pieza rock (un tanto extensa) de conseguidos tempos tribales; canciones de ritmo alborozado en clave vodevilesca como la fantástica y divertida “Good Old-Fashioned Lover Boy”; baladas con ecos bolanianos en “Drowse” (compuesta y cantada por Roger Taylor); o rendiciones gospel en “Someboy To Love”, la canción más popular de un LP muy recomendable, en donde se comulgan la ironía, el sarcasmo, la diatriba sociopolítica y el romanticismo.

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