Crítica
Una de las mejores voces masculinas de todos los tiempos en el pop es la de Scott Walker, figura enigmática que pasó de ídolo de adolescentes a mediados de los años 60 a huraño, extraño, melancólico personaje que solía permanecer encerrado en habitaciones cerradas a cal y canto y a utilizar constantemente gafas de sol negras.
Este es el primer trabajo de Scott con sus ‘hermanos’ Walker Brothers John y Gary (por supuesto no tenían ningún parentesco a pesar de su parecido físico), repleto de intensas piezas de carácter melodramático ensalzadas por la poderosa vocalidad de Scott.
Junto a ello espectaculares orquestaciones que crean un majestuoso escenario para el relato de las desconsoladas historias de desamor esgrimidas por el terceto.
Es un LP de pop barroco con temas emotivos y suntuosos arreglos orquestales acompañando a la guitarra de John Maus y a la batería de Gary Leeds.
“Make It Easy On Yourself” o “First Love Never Dies” son auténticos monumentos del sonido Walker Brothers.
Excelentes versiones de “Love Minus Zero” de Bob Dylan o “There Goes My Baby” de los Drifters junto al único y excepcional tema propio del álbum compuesto por Scott (Engel es su apellido real) y Leslie Duncan titulado “You’re All Around Me” (cara b del single “Make It Easy On Yourself”) son otros momentos destacables de este álbum, inicio de una carrera de éxitos para este trío americano afincado en tierras británicas.