• Por Antonio Méndez

mew no more storiesCrítica

Mew es un conjunto danés de pop psicodélico y progresivo significado por sus dulces voces (en especial la expresión aguda de Jonas Bjerre), una notable capacidad melódica, atmósferas ensoñadoras y complejos arreglos.

Tienen huellas de la lisergia y el prog-rock de los años 60 y 70, además de trazos techno pop de los 80 y, entre otros sonidos, del dream pop de My Bloody Valentine.

“No More Stories”, quinto estudio del grupo, contiene las características citadas en una serie de piezas psicoprogresivas iniciadas con “New Terrain”, tema con sonidos al revés con pretensión hipnótica, prominente percusión y arreglos orquestales. Énfasis en densas atmósferas psicodélicas para un corte un tanto pesado.

En “Introducing Palace Players” se ponen bailongos con sonidos disco funk de los 70 en un abigarrado conglomerado de riffs angulares, sintetizadores, piano, voz aniñada… No termina de encandilar y más bien parece una jam con texto sinsentido.

“Beach” es un tema con unas dulces voces que seguramente serían del agrado de Curt Boettcher. Es una pasable canción pop rock adornada con capas de instrumentación dream dance pop en un cruce entre Millennium y New Order.

“Repeaterbeater” posee una urgente sección rítmica con partes hard rock dentro de su base de pop psicodélico. Nada trascendente, al igual que el corto relleno de piano de “Intermezzo 1”.

Los mejores momentos del disco son “Silas The Magic Car”, balada acústica con sonidos de piano y una atractiva combinación vocal y, sobre todo, “Cartoons And Macramé Wounds”, sobresaliente y largo corte psicodélico de épica romántica de gran sensibilidad melódica. Su clímax es excelente en su efecto emocional y los arreglos son magníficos. Pensemos en una mezcla entre Boettcher con los Moody Blues de los años 1967 o 1968.

Después de este satisfactorio tema este álbum de Mew prosigue con “A Dream”, válido escapismo dream pop con etéreas voces, y más tarde o se abigarra de forma pretenciosa con “Hawaii” o se muestra convencional con “Sometimes Life Ain’t No Easy” dentro de una serie de canciones que, en comparativa con su contexto, tiene similitudes con ofertas de Mercury Rev, Death Cab For Cutie o Sigur Ros.

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