CUANDO MUERE EL DÍA (1941)
Dirección: Henry Hathaway.
Intérprets: Gene Tierney, George Sanders, Bruce Cabot, Harry Carey.
Segunda Guerra Mundial. En África combate contra los nazis una partida del ejército británico liderada por el mayor Coombes (George Sanders).La exótica presencia de la bella Zia (Gene Tierney) alterará a la población masculina del lugar.
Sundown” fue realizada en 1941 por Henry Hathaway y obtuvo tres
nominaciones a los oscar: La de mejor dirección artística, mejor fotografía
y mejor música a cargo del prestigioso Miklos Rozsa (no ganó ninguno, los
dos primeros se los llevo Que verde era mi valle, la gran triunfadora).
“Cuando muere el día” contaba una historia contemporánea que se desarrollaba
en la Segunda Guerra Mundial, con África como escenario. El ambiente
colonialista era una de las especialidades de Hathaway. Sus películas más
recordadas proceden de ese subgénero de aventuras, pensemos en “Tres
lanceros bengalíes” o “La jungla en armas”. Si bien es cierto que se le
daban bien todos los largometrajes de acción y principalmente los western.
Pero aquí primaba la propaganda bélica, típica de las producciones de esos
años, y la trama era bien distinta a aquellas otras cintas propias de las
sesiones dobles de los sábados por la tarde: Un destacamento británico tenía
que evitar que los nazis suministraran armas a los nativos y así apoyar una
sublevación contra los ingleses. La presencia de una princesa medio árabe,
medio occidental, daba un empujón a la película para situarla por encima de
otros productos de serie B de la época. Me refiero a la aparición estelar de
Gene Tierney.
Su belleza exótica la encasillaron, en esos primeros años de
carrera, en papeles de mestiza misteriosa y mujer inalcanzable. Desde luego
lo era para los espectadores de la pantalla (inalcanzable) que debían soñar
con ella en esos oscuros días de conflicto mundial. En esta cinta y en la
siguiente que rodó ese año (“El embrujo de Shangai”, de Joseph Von
Sternberg) estaba preciosa; su mirada felina y los rasgos orientales fueron
determinantes para conseguir superar el casting frente a otras candidatas. Y
nosotros nos alegramos de ello, porque gracias a estos papeles pudimos verla
en obras maestras como “Laura” o “Noche en la ciudad”.
Gene Tierney estaba secundada por un reparto de actores que no llegaron
nunca a brillar como ella: George Sanders, que estaba perfecto como oficial
británico ordenancista y rígido, frente a un más relajado Bruce Cabot, el
verdadero protagonista de la historia, en uno de sus mejores papeles; otros
secundarios de lujo como Sir Cedric Hardwicke o Harry Carey (protagonista
legendario de los primeros western de John Ford) cerraban una película coral
destinada a entretener al público y a que éste apoyara la causa aliada.
Fernando de Cea
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