• Por AlohaCriticón

palabras encadenadasDirección: Laura Mañá.
Intérpretes: Darío Grandinetti, Goya Toledo, Fernando Guillén, Eric Bonicatto.


Un hombre relata a la cámara el crimen que ha cometido con una anciana como víctima, a continuación aparece en escena una mujer atada a una silla y amordazada, el hombre le propone jugar a las palabras encdenadas, con funestas consecuencias para ella si pierde.
Más tarde, el hombre es llamado a declarar ante la policía precisamente por la desaparición de esa mujer. A través de lo que el espectador ve en el sótano y lo que el hombre cuenta en la comisaría, el espectador va comprendiendo lo sucedido.

“Palabras encadenadas” es el segundo trabajo como directora de la también actriz Laura Mañá, tras “Sexo por compasión”, en la adaptación de una obra teatral del mismo nombre.

La película tiene dos tonos de narración: el mejor es cuando el film se convierte en película de asesino en serie, gracias a la excelente interpretación de Darío Grandinetti (como cuando confiesa sus crímenes a la cámara o se muestra más amenazador con su secuestrada), no resulta tan conseguido sin embargo, cuando la película pasa a ofrecer el juego del gato y el ratón entre secuestrador y secuestrada, en buena parte por la discreta actuación de Goya Toledo, que no logra imprimir a su personaje la ambigüedad exigida (con una peluca que “canta” más que Plácido Domingo). Quizá si la directora hubiera introducido una mayor tensión sexual entre los protagonistas, el juego psicológico hubiese quedado más logrado. Pese a todo hay que reconocer que ha sabido crear una atmósfera turbulenta, ayudada por el excelente director de fotografía Xavi Giménez, especializado en crear atmósferas turbias (Intacto, Darkness).

También están bien hilvanadas entre sí las partes del sótano y la comisaría, que se van entrelazando para seguir la narración de los hechos, quizás en una película como esta sobra la banda sonora, cuando se opta por un estilo seco, como es esta ocasión, es más apropiado una banda sonora inexistente o poco perceptible, no tan presente como está en el film.

Posiblemente, si se hubiese seguido la senda de película retrato de un asesino, aún traicionando la obra original, se hubiera logrado algo más inquietante, pero esto es una apreciación personal.

De lo que no cabe duda es de que nos encontramos ante una película interesante, mucho mejor que muchos de los thrillers norteamericanos que tenemos que soportar por aquí, pero claro, como en esta sale Grandinetti en vez de Kevin Bacon y Goya Toledo en lugar de Charlize Theron, pues la mayoría no irá a verla, faltaría más.

David García

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