El que fuese niño prodigio Tito Gil, de voz espléndida, regresa al pueblo de su infancia tras una vida dedicada al teatro. Su idea es realizar una función teatral que revitalice el lugar y pueda provocar la afluencia de turistas.
Le falta una actriz principal… En la estación baja de un tren Paula, una mujer confusa en su vida que busca un nuevo rumbo.
Crítica
Novela de Luis Landero. La historia, pueblo, teatro y destino, no es que tenga mucho interés ni profundidad pero la lectura es amena por la exquisita prosa, el humor que salpica esa historia, y el sentido agridulce dado a escenarios y personajes.
El autor trata con cariño a sus básicos personajes en un retrato de relaciones convencional, un tanto reiterativo, haciéndonos partícipes del proceso de creación de una función teatral que intenta avivar un lugar en decadencia, poniendo de manifiesto la despoblación del rural y la implicación/ilusión entusiasta del colectivo en un proyecto común que topa finalmente con la realidad.