Dirección: Henri Sala.
Intérpretes: Debbi Laster, Debra Hunter, Dale Midkiff, Wellington Meffert.

Con guión de George Faget-Benard y Robert Seidman (“¿Quién Persigue A Harry?”).

Sinopsis

Tres jóvenes son invitadas a la mansión de un científico, Edward Brake (Welllington Meffert), para pasar un fin de semana. La pérfida ayudante del científico, Julie Clingstone (Debbi Laster) quiere experimentar con ellas un sistema utilizado por Brake para convertirlas en mutantes asesinas con la ingesta de una bola utilizando objetos personales y un ordenador llamado Apache.

Crítica

Despropósito de serie B en una película que mezcla el experimento científico con control mental con el sexploitation. Hay que verla para creerla.

La trama es un vaivén caótico de acciones delirantes, participando en ella un títere llamado George, conectado a un ordenador llamado Apache, que protege a la hija del científico. Pura inteligencia artificial.

Hay un bar en donde suena casi siempre la misma canción (“Boy Blue” de Cyndi Lauper), varias escenas coitales con las mozas controladas por la villana de la función para asesinar a los del bar, una adolescente con ganas de iniciarse en el coito, baile arrimado con los Carpenters, un par de moteros y momentos para el aerobic con el calentador y el patinaje. Muy kitsch 80s.