• Por Antonio Méndez

happy feet movie critica poster peliculaDirección: George Miller.
Intérpretes: Película de animación.

Con guión de Warren Coleman, John Collee (“Master And Commander”, “La Duda De Darwin”), George Miller (“Mad Max”, “Mad Max 2”) y Judy Morris (“Before The Rain”, “El Foco De La Tempestad”).

Sinopsis

Los pingüinos emperadores del Antártico atraen a sus compañeras interpretándoles una canción.
Esta particularidad será un grave problema para que un pequeño pingüino encuentre pareja ya que no sabe cantar bien.
Sin embargo, sus dotes para el baile resultan sobresalientes.

Crítica




happy feet cineGeorge Miller, responsable de “Mad Max” y “Babe”, dirigió este film de animación, una fábula que mezcla comedia romántico-musical con ambientación helada-luminosa, ecologismo expuesto en matices sombríos, romance arduo, documental sobre la Antártida a lo “El viaje del emperador” e historia de descubrimiento y discriminación a lo Dumbo.

No deja de ser el clásico cuento de un ser desplazado que termina convertido en héroe, eso sí, con notables insinuaciones sexuales (en las canciones, en los bailoteos de movimientos picantones…), un tono épico-trágico con alguna dosis de humor en personajes secundarios circundantes al protagonista, y los habituales comentarios sobre la importancia de la tolerancia y la diversidad.




La película, al margen de que la trama no deja de resultar superflua en sus altas pretensiones y el humor no depara demasiadas risotadas, visualmente es una joya, con perspectivas fascinantes de los maravillosos paisajes helados, puntual acción virulenta acuática, y escenarios de sobresaliente realismo con pingüinos apiñados en unos movimientos de masas que no disgustarían a Cecil B. DeMille.

En su aspecto musical y con alguna que otra coreográficas con reminiscencias de Busby Berkeley, suenan canciones diversas, desde un pastiche de los Beatles del “Abbey Road” a Prince pasando por Queen, rumba a lo Gypsy Kings, los Beach Boys en escenas submarinas, Gloria Gaynor o Chicago.

A la hora pierde el rumbo de sus esencias temáticas de aceptación y diferencia y la película, para otorgar una seriedad sobrante y profundidad aparente a un asunto hipermanido, ensombrece en el tramo final tras una primera hora llena de luz.
Adopta un tono realmente triste y la culminación, que contiene alguna excelente escena llena de emoción con una interesante diferenciación en puntos de vista, se ubica en el énfasis facilón ecologista de buenas intenciones, posee una tintura deprimente-dantesca y un afán liberador y vinculante con optimista ligazón danzarina.




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