• Por Marta Canacci

matar-a-santa-poster-cartelDirección: Ian Nelms y Eshom Nelms.
Intérpretes: Mel Gibson, Walton Goggins, Marianne Jean-Baptiste, Chance Hurstfield.

Con guión de Ian Nelms (“Un Nuevo Comienzo”) y Eshom Nelms (“Small Town Crime”).

Sinopsis

Chris Cringle (Mel Gibson) vive en una granja de Alaska junto a su mujer Ruth (Marianne Jean-Baptiste). Como Papa Noel, Chris entrega regalos por todo el mundo. Sin embargo, ante el mal comportamiento de los niños, los regalos son menos y sus ganancias también, por lo que acepta una oferta del gobierno de los Estados Unidos para, en dos meses, ayudarle a crear componentes para sus aviones.
En ese contexto, Billy Wenan (Chance Hurstfield), un niño malo, adinerado y caprichoso, que no soporta perder, contrata a un asesino a sueldo (Walton Goggins) para que mate a Papa Noel tras recibir carbón como regalo en Navidad.

Crítica




matar-a-santa-fatman-mel-gibson-sinopsis-fotoPelícula que cuenta la historia de un Papa Noel políticamente incorrecto, venido a menos, con problemas económicos y que se defiende manejando armas.

No deja de ser una película de acción (aunque tarda en llegar), orientada a un público adulto en la que se mezcla realidad y ficción.

La trama, con un ritmo narrativo un tanto lento que tarda en arrancar, pretende ser original pero no tiene las ideas claras sobre lo que quiere, faltándole incorrección, mala leche, gracia… y credibilidad.




matar-a-santa-fatman-critica-reviewEn cuanto a los personajes, el niño protagonista Billy Wenan (Chance Hurstfield) resulta repelente; el villano asesino a sueldo (Walton Goggins) representa un personaje estereotipado; y Santa Claus (Mel Gibson) es retratado de forma realista, pero ni es un gordinflón “fatman (su título original)” ni lo suficientemente canalla, siendo un personaje venido a menos, deprimido porque su idea de lo que es la Navidad cada año está más distorsionada.

Los personajes protagonistas no se encuentran hasta la parte final. Santa Claus no para de quejarse y se pasa la película entre la furgoneta, la oficina de correos y el bar del pueblo.

El sicario está en una road movie sin gracia (en su momento un niño que necesitaba los regalos de Santa Claus) y el chaval maleducado en su simple plan de venganza.




La historia resulta un batiburrillo de militares, renos, elfos, un niño perverso, un asesino a sueldo, un Santa en quiebra económica y anímica.

No parece tener las ideas claras. Como película de acción no se ve hasta el último acto y le falta ritmo; como thriller le falla la intriga (no va a ninguna parte); y como comedia negra le falta humor.

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Mel Gibson