• Por Marta Canacci

alicia-gimenez-bartlett-hombres-desnudosCrítica

Contexto de crisis económica. Javier, un joven y pusilánime profesor de literatura, es despedido del colegio de monjas en el que trabaja. Irene, empresaria, ve como la fábrica que levantó su padre no se sostiene. Además, su marido la abandona por otra mujer más joven.

Las historias paralelas de los dos citados personajes protagonistas convergen con intermediarios secundarios en un ambiente urbano. Iván, stripper del extrarradio, viejo conocido de Javier con el que casualmente vuelve a coincidir y se convierte en su “protector”; y Genoveva, mujer de buena posición social en torno a la cincuentena que deja a su marido por un joven atlético, y que ayuda a Irene a emprender una nueva vida sin su antigua pareja.




La estructura continua es dinámica, con la singularidad de exponer los hechos en primera persona desde diferentes narradores, de manera que los diálogos o monólogos de sus personajes son acompañados a través de los pensamientos, tanto de sus protagonistas como de los secundarios, sin que tal disposición alterna suponga dificultad para el seguimiento de la novela.

De esta forma, Alicia Giménez Bartlett retrata psicológicamente de forma correcta a sus personajes, logrando empatía y configurando en antagonismos sus motivaciones y acciones, modificando el lenguaje según su condición social con uso de vocablos cultos y expresiones tópicas.

Los temas principales son la conversión que pueden provocar los momentos de crisis, la alteración de la cotidianeidad, la desorientación en un tiempo cambiante de igualdad de roles, la amistad, el sexo, las diferencias sociales… En esencia se trata de una historia de amor poco convencional, pero con una trama pobre, demasiado previsible, que tiene como fondo la prostitución masculina, combinando inocencia y maldad con el empleo de poderosas armas como son la pasión y la atracción.