• Por AlohaCriticón

EL REGRESO DEL VAMPIRO (1944)

Dirección: Lew Landers.

Intérpretes: Bela Lugosi, Frieda Inescort, Nina Foch, Miles Mander.

Armand Tesla (Bela Lugosi) es un científico rumano del S.XVIII, que tras escribir un tratado sobre vampirismo, acabará convirtiéndose en un monstruo sediento de sangre. Tesla causará estragos en el Londres de 1918 antes de ser destruido por el doctor Walter Saunders (Gilbert Emery) y por Lady Jane Ainsley (Frieda Inescort).

Años más tarde, tras un bombardeo de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, el ataúd de Tesla saldrá a la luz, cebándose en su regreso con la ya envejecida Dra. Ainsley y con la sensual Nicki (Nina Foch), nieta del doctor Saunders.

Interesante título del subgénero de vampiros, supone la última gran interpretación de Lugosi y es pionero por ser el primero en mostrar las cicatrices que los “chupasangre” dejan en el cuello de sus víctimas.

Aunque su valía cinematográfica se aleja mucho de los títulos maestros sobre “chupópteros” tales como “Nosferatu” (F.W. Murnau, 1922), “Vampyr” (C.T. Dreyer, 1932) u “Horror of Drácula” (Terence Fisher, 1958) se trata de un filme estimable, altamente recomendable para los amantes de estas fascinantes criaturas y deudor en muchos aspectos del “Drácula” de Tod Browning (1931).

Debido al éxito que tenían por entonces las películas sobre hombres lobo tras “The wolfman” de George Waggner (1941), el guionista Griffin Jay decidió incluir un licántropo en la trama, surgiendo así el personaje de Andreas Obry (Matt Willis), esbirro simpático que ayuda a Tesla a llevar a cabo sus planes.

A pesar de tratarse de una película barata, su atmósfera de misterio está bastante lograda, de modo que la noche, la niebla y los cementerios nos embriagan de lo sobrenatural.

Son destacables la fotografía (con momentos de un expresionismo muy eficaz) de L. William O´Connell y John Stumar, así como la música de Mario Castelnuovo-Tedesco.

También resultan interesantes las imágenes de archivo que se utilizan sobre un bombardeo alemán, dotando al filme de una realidad contextual poco frecuente en este tipo de producciones.

Pero sin duda, lo mejor de todo, es la presencia hipnótica de Bela Lugosi, que ya por entonces tenía graves problemas con las drogas. Siempre será un placer contemplar en pantalla a este magnético icono del cine de terror.

Ricardo Pérez

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