• Por AlohaCriticón

siguiendo mi camino poster criticaDirección: Leo McCarey.
Intérpretes: Bing Crosby, Barry Fitzgerald, Risë Stevens, Gene Lockhart.


Esta es la historia de un nuevo sacerdote, Chuck O’Malley (Bing Crosby), que llega a la iglesia de Saint Dominic en calidad de nuevo párroco.
Sus nuevas ideas le harán entrar en pugna con el padre Fitzgibon (Barry Fitzgerald), mucho más severo y tradicional.
No obstante, su labor de reinserción -llamémosla así- de delincuentes, con los que forma un coro en la parroquia (llegando incluso a grabar un disco), y su apoyo a una chica que ha decidido abandonar su casa y que acaba enamorándose del hijo del prestamista que quiere embargar a la iglesia, le harán ganarse el cariño de todos.
Finalmente, incluso conseguirá que el anciano sacerdote vuelva a reencontrarse con su madre, a la que no veía desde hacía largo tiempo…




Este film es uno de los más populares del Hollywood de los años 40, ganador de siete premios Oscars, incluyendo el de mejor película, mejor director, mejor actor principal y secundario, constituye uno de los casos más flagrantes de amnesia cinematográfica injustificable a todas luces, pues estamos ante una gran obra de un grandísimo director, Leo McCarey.

Técnicamente, la película se deja ver por el buen gusto de la fotografía, decorados, y por el gran trabajo de Barry Fitzgerald, muy por delante de sus compañeros de reparto.

Bing Crosby, el viejo crooner, se hizo con el Óscar al mejor actor principal, si bien él mismo reconoció que dicho premio se debió más a su popularidad que a sus méritos como intérprete, siempre estimables pero nunca a la altura de los grandes actores.




Ahora bien, canciones como “Silent Night”, el “Ave Maria” de Schubert y, sobre todo, “Swinging on a star”, son interpretadas por él de modo casi insuperable. Quizás el mayor defecto de la película sea su enconado alegato pro-catolicista, dejando en mal lugar a todos aquellos que prescinden de la religión, pero la película hay que entenderla desde el punto de la vista de la época en que se rueda, -en plena Segunda Guerra Mundial-, un momento donde la gente busca la evasión a través de películas de signo optimista (un gran ejemplo de ello son las que firmó Capra) y donde la devoción juega un papel destacado.

Si a ello le añadimos el protagonismo de Bing Crosby, uno de los mayores transmisores de felicidad del Siglo XX, no es de extrañar que el filme fuera un rotundo éxito; de hecho, la película le consagró como el personaje más popular de Norteamérica…

Se impone una revisión seria, por cierto, de la filmografía de este actor y cantante norteamericano, pues títulos como éste merecen muchísima consideración.

Salva

Fichas en AlohaCriticón

Leo McCarey