PARÍS-TOMBUCTÚ (1999)
Dirección: Luis G. Berlanga.
Intérpretes: Michel Piccoli, Concha Velasco, Amparo Soler Leal, Santiago Segura.
Michel des Assantes (Michel Piccoli) es un cirujano plástico parisino a punto del suicidio que, cuando está a punto de lanzarse por la ventana, divisa a un ciclista que lleva un letrero que indica “París-Tombuctú”.
Michel desdeña su primera intención, adquiere la bicicleta y promueve un cambio en su vida alejándose de su familia y amigos.
Muy lejos de la postura iniciada en las conversaciones de Salamanca del
año 53, ahora Luis G. Berlanga ya no discute sobre el cine arte, o el
cine industria, directamente se ha decantado hace tiempo por este
último, quizás decepcionado por el desarrollo real de aquellos sueños de
mitad de siglo, o quizás, simplemente, subido al carro del nuevo
posibilismo económico.
En 1999 coincidiendo con el fin de siglo, el director valenciano, decide
jubilarse del cine, y lo hace, en lo que parecen sus memorias fílmicas,
con “Paris-Tombuctú”, título tan desorientador, como el propio
desarrollo de la película.
Retomando como protagonista a Michel Piccoli, que ya lo fuera de su
trabajo más personal “Tamaño natural”, hace un recorrido, a modo de auto
homenaje, en el que repasa sin ningún pudor sus obsesiones, sus posturas
políticas y sociales, y porque no, sus propios miedos.
El film está rodado con su magnífico ritmo de comedia alocada y
aparentemente incongruente, en el que nos vuelve a recordar viejas
opiniones, ya expuestas en su carrera, y nuevos temores, ahora ya,
acaso, muy personales.
Quizás no debamos pasar desapercibidos los continuos y ácidos flirteos
que hace en la película con el anarquismo, para acabar con la
calificación absolutamente contundente de “anarco turista”.
Un desencanto con la sociedad, y posiblemente consigo mismo, o un simple
acomodamiento a las nuevas circunstancias, quien sabe, que rubricará en
el plano final de su, por qué no admitirlo, genial filmografía.
Angel Lapresta
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