Tras el multimillonario “Dark Side of The Moon”, Pink Floyd retrotrayeron la mirada a su primer líder, Syd Barrett para dedicarle desde su privilegiado estatus estelar este nuevo trabajo, un gran disco de rock progresivo de extensos y hechizantes temas rock con ligero soporte blues y opulentas texturas sónicas, expandidas con lacrimosas guitarras, etéreos teclados, flemáticos ritmos, atmosféricos sintetizadores, emotivas letras traspasadas con sensibilidad…
El homenaje a su antiguo compañero con las magistrales y cautivadores suites halladas en las dos partes de “Shine your crazy diamond” y la hermosa melodía acústica de “Wish you were here” junto a una visión ácida de la industria discográfica encontrada en las dos canciones de menor impacto del Lp, como son la afligida “Welcome to the machine” (recargada con sintetizadores y efectos para identificar la maquinaria criticada, el tema brilla por la pesarosa forma de interpretar el texto) o la sarcástica y bluesy “Have a cigar”, la pieza más floja del disco que está cantada por Roy Harper, son las materias desarrolladas por la banda británica, que consolidaron con este album su patronazgo en el rock sinfónico.