Crítica
Los Gatos Salvajes recortaron y apaciguaron su nombre inicial para convertirse en Los Gatos y grabar en Vik este nuevo álbum, un trabajo inferior a su anterior LP.
El grupo argentino seguía liderado por el cantante, compositor y guitarrista Félix “Litto” Nebbia.
A su lado permaneció el teclista Ciro Fogliatta, incorporándose los nuevos “gatos” Kay Galiffi (guitarrista), Alfredo Toth (bajista) y Óscar Moro (batería).
“La Balsa” es un medio tiempo garajero con punteos blues.
“Ya No Quiero Soñar” posee influencias beat y un texto sobre hastío ante la rutina con el sueño como huida.
Se ríen y pasan de todo en “Ríete”, floja balada pop.
Tono relajado, optimista, en la sofisticada “Lo Olvidarás”, pieza con mensaje de esperanza a una chica triste.
“Madre, Escúchame” aborda un choque generacional con influencias de Phil Spector.
La elegante melodía con sentimientos contradictorios de “Un Día De Otoño” recuerda al estilo de los primeros Zombies. Es una de las piezas más destacadas del álbum.
“El Vagabundo” es un pop orquestal con hermosos arreglos.
“Ayer Nomás” (sic) es un corte aburrido en tempo lento.
En “Me harás Pensar En El Amor” crean un formulista y rítmico beat garajero.
El pop de “Mi Ciudad” es una pieza nostálgica con ecos del music-hall.
“El Rey Lloró” maneja tópicos de “los ricos también lloran” con una base folk y un cuento sin mucho fondo.
El último tema, “¿Qué Piensas De Mí?”, es un corte con trazos bossa nova. Se encuentra entre lo más agradable dentro de un disco de desigual interés.