Dirección: Krzysztof Kieslowski.
Intérpretes: Juliette Binoche, Benoit Régent, Charlotte Florence Pernel.

Con guión de Krzysztof Kieslowski (“Tres Colores: Blanco”) y Krzysztof Piesiewicz (“Tres Colores: Rojo”).

Sinopsis

Julie (Juliette Binoche) ha perdido a su marido, un famoso compositor musical, y a su pequeña hija, tras sufrir un accidente de coche.
Su vida cambia totalmente.
Abandona la mansión en la que residía, destruye el trabajo de su marido (y el de ella) y alquila una casa en París para comenzar una vida alejada de su pasado, al que pertenece Olivier (Benoit Régent), un colaborador de su esposo que pretende mantener una relación con Julie.

Crítica

Primer film de la “Trilogía de Colores” que el polaco Krzysztof Kieslowski basó en los colores de la bandera francesa y, presuntamente, en su lema libertad, igualdad y fraternidad.

Es un sobrevalorado pero valioso drama psicológico centrado en una mujer, una estupenda Juliette Binoche, caída en tragedia que busca alejarse de todo y de todos, aislarse en una rutina sencilla y vivir en soledad en un piso parisino.

Kieslowski nos hace testigos de su día a día, de sus vínculos con el pasado cuando solo se quiere vivir en el presente y se piensa poco o nada en el futuro; de sus traumas, penas, indiferencias y miedos; de su progreso a una liberación emocional que se sobreponga a todo tipo de emociones.

Un proceso arduo, difícil.

El autor polaco, con tonos fríos, utiliza una narrativa poética ligada al estilo nouvelle vague, expuesta con gusto, acentuando el fondo psicológico y lírico, con la imagen y la música sometiendo al texto.

No obstante, al film le falta concretar el mensaje, y limar el preciosismo estético, confuso y presuntuoso, para evitar fabulaciones.

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Juliette Binoche