Dirección: Jaume Balagueró.
Intérpretes: Calista Flockhart, Richard Roxburgh, Elena Anaya, Gemma Jones.
Con guión de Jaume Balagueró (“Rec”, “Los Sin Nombre”) y Jordi Galcerán (“Palabras Encandenadas”, “El Método”).
Sinopsis
Amy (Calista Flockhart), una enfermera que trabaja en un hospital en la Isla de Wight, comienza a sentir fenómenos extraños tras proyectarse el cierre del centro tras cien años de servicio.
Crítica
Ya es cansino comentar lo de siempre, reiterarse, reiterarse, reiterarse, reiterarse, reiterarse… con este título de películas, menudencias de proyección contextual que se sirven de un conglomerado de ideas previas plasmadas de manera esteticista, y asentadas en la búsqueda de un remedo atmosférico victoriano-fantasmal-claustrofóbico que termina zampándose sin piedad todos los demás elementos de un film bastante olvidable.
Ojalá la boca se abriese del asombro de alguna escena de impacto o del progreso de un suspense in crescendo que arrebatase en un clímax generado tras la previa conducción de una trama de más o menos interés, y no a causa de la modorra que provoca el deja vu en el seguimiento de la congoja psicológica del personaje femenino central confeccionado con los moldes de siempre.
El ser infante no puede faltar. Tampoco el misterio en base a cuitas pasadas poco desarrolladas que vinculan lo real con lo sobrenatural, los efectismos manidos, unos diálogos escritos en noches tristonas de baja inspiración, el esteticismo de diseño y los continuos hachazos sónicos que machacan los tímpanos, que esos sí que están frágiles con tanta bacanal ruidista…
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