Dirección: Boris Kunz, Tomas Jonsgärden e Indre Juskute.
Intérpretes: Kostja Ullman, Marlene Tanczik, Corinna Kirchhoff, Iris Berben.
Con guión de Simon Amberger (“303”), Peter Kocyla (“8 Días”) y Boris Kunz (“Tres Horas”).
Sinopsis
Max Toma (Kostja Ullman) es un gerente de AEON, empresa de Berlín dirigida por Sophie Theissen que ha logrado un sistema para transferir edades entre personas compatibles con su ADN. Todo va bien para Max hasta que su mujer, Elena (Marlene Tanczik/Corinna Kirchhoff), es requerida para donar 40 años tras perder su apartamento de lujo en un incendio y contraer el pago de una deuda con la garantía del préstamo de edad por parte de Elena. Max intentará evitarlo.
Crítica
Distopía de ciencia-ficción rodada en Alemania que pone de manifiesto el peligro de que la tecnología esté controlada y manejada por gente amoral, sin escrúpulos, aquí desde una empresa privada (con la persona no obligada en sus fines) pero con un mensaje aplicable, en especial, al poder político (con la esencial particularidad de una posible obligación inmoral o ilegal).
La película se fundamenta en un comercio siniestro de juventud con la explotación de las miserias ajenas para el disfrute del plutócrata de turno, abordando también el significado de esa juventud como factor aparente de felicidad.
El protagonista, interpretado por Kostja Ullman, se revela contra su propio sistema al sufrir en su persona las injusticias del mismo.
El desarrollo de esta revuelta es un thriller de acción con secuestro que explosiona en su tramo final las consecuencias de sus conflictos de moralidad en la relación de la pareja central.
Película de apariencia barata, sin fondo en sus personajes, espesa en tramos pero suficiente en su mensaje.