Dirección: Bille August.
Intérpretes: Mikkel Boe Folsgaard, Alice E. Bier Zanden, Sidse Babett Knudsen, Emilie Kroyer Koppel.
Con guión de Anders Frithiof August (“La Nueva Vida De Britt-Marie”).
Sinopsis
El pintor Cazotte (Mikkel Boe Folsgaard) presume de ser un experto en el arte de la seducción, por lo que la Gran Duquesa de Babenhausen (Sidse Babett Knudsen) le propone que ayude a su hijo, el príncipe Lothar (Emil Aron Dorph), que encuentre novia para casarse y tener descendencia. Lothar encuentra pareja, Ludmilla (Emilie Kroyer Koppel), y ésta se queda embarazada, intentando evitar la Duquesa un escándalo que haga peligrar el trono de Lothar, llevando a la pareja al castillo de Rosenbad. Mientras tanto, Cazotte se enamora de la dama de honor Ehrengard (Alice E. Bier Zanden) e intenta seducirla.
Crítica
Cuento de hadas moderno, con romance y secretos reales en un enredo de ambiente aristocrático, basado en una novela escrita por Karen Blixen/Isak Dinesen, autora de “Memorias De África”.
La trama es ligera y alegre. La primera parte es una farsa en la que Cazotte es un retratista mujeriego un poco torpón en proceso de manipulador sentimental. Hay juegos de seducción como moneda de una apuesta, trucos, trampas de seducción y jugarretas de cazador cazado, con un epílogo anticlimático.
El centro de la historia es un protagonista en el citado enredo de alta sociedad que no pertenece a la misma, teniendo como arma secreta la de ser un seductor.
La ambientación y el vestuario son agradables, lo mejor de una película que transcurre en palacios y en la naturaleza, con interiores de colores suaves en tonos fríos.
Además de la farsa, encontramos también drama y cierta intriga para mantener la atención del espectador, siendo fácil de seguir y de predecir. Recuerda, en una versión dulcificada y mansa, a “Las Amistades Peligrosas”.