THE JACKET (2005)
Dirección: John Maybury.
Intérpretes: Adrien Brody, Keira Knightley, Jennifer Jason Leigh, Kris Kristofferson.
Jack Starks (Adrien Brody) retorna amnésico a su ciudad natal, Vermont, después de haber sido herido en la Guerra del Golfo. Allí será acusado del asesinato de un policía y recluído en un psiquiátrico, lugar en el cual es sometido a un cruel tratamiento con drogas experimentales.
Un hombre tras regresar herido de la guerra será condenado a una institución
mental, donde practican con sus pacientes agresivas técnicas de cura.
Esta película afronta el siempre estimulante y también conflictivo de los
viajes en el tiempo. En este caso Adrien Brody un actor que jamás decepciona
ya sea en una película de ínfimo presupuesto como en megaproducciones con
aspiraciones de convertirse en mito de cine como fue “King Kong” viaja en el
tiempo, concretamente al futuro, donde se encuentra a Keira Knightey, a
quien por fin podemos ver en una película que no sea de época, un personaje
que de manera poco creíble le ayudará.
El tema de los viajes en el tiempo, si bien interesante, resulta a veces
demasiado complicado de tratar en el cine, pues acostumbra a en muchas
ocasiones desorientar al espectador generándole demasiadas preguntas sin
respuestas, y cayendo en contradicciones consigo misma.
Esta película con reminiscencias del Efecto Mariposa no es una excepción, y
con un segundo visionado, o sencillamente analizándola un poco se podrá
encontrar diversas incongruencias, por no hablar de que en no pocas
ocasiones sus personajes actúan de manera inverosímil y muy poco coherente,
sin embargo estamos ante una gran película.
El reparto funciona a las mil maravillas, y la química entre Brody y
Knightley hace que nos creamos una relación precipitada, y aportan una mayor
profundidad a unos personajes que funcionan mucho mejor que los típicos
personajes de este genero con esperanzas en taquilla.
El director maneja con gran acierto los recursos que tiene, manteniéndote
hasta los títulos de crédito la tensión por saber que ocurre, no tanto por
el final de la historia, quizás algo tramposa, sino por ver el desenlace de
los protagonistas quienes sin duda despiertan cierta empatía.
Una gran película, y una nueva muestra de que en el cine comercial se pueden
hacer buenos personajes, y que quizás se vea aquí en España algo lastrada
por la publicidad que la presenta como si de un film de terror se tratase
alejando a su público más natural.Lilu
De comienzo perspicaz y aterrizaje tortuoso es este producto con toques surrealistas, de ficción, crudos, reales e imaginarios, donde el tiempo es un protagónico incomprensible al cual se necesita brindarle paciencia y serenidad para comprender las tantas y continuas curvas perniciosas de lo congruente.
El filme se aposenta ante nuestras pupilas con una estructura inicialmente confusa, donde las pautas se van desarrollando favorablemente; la estructura de la trama es buena y al pasar el tiempo se logra entendible, es necesario la atención del espectador, lo que le hace aún mejor, el guión que sin ser cosa magnificente es emanado de la boca de cada uno de los personajes de buena gana y de aceptable rendimiento, lo que logra un aceptable lucimiento de los actores, que lejos de la buena interpretación, no se encuentran solos ante las cámaras y su talento como única opción. A lo que se refiere es que el producto acoge muy bien sus componentes, sacando adelante su propuesta, pero con el inconveniente que al pasar los minutos se evapora sin remedio.
El hecho de combinar una supuesta realidad con algo que es meramente ficción hace que pierda el balance, entre el trebejo del tiempo, que con sus constantes viajes hace que el asunto se complique lo suficiente para que al final de las cosas el argumento central de la película se contradiga.
Lo que es plausible es toda la estructura y el bosquejo principal, que sin ser el filme poético, es una prosa a la vida y una invitación al supuesto entendimiento de la muerte, como tal es una trama multifacética que se desarrolla con algunas penurias, es una obra de etapas y trazas, donde la historia se va tornando repetitiva, es un producto de episodios, algunos buenos, otros no tanto, convincentes o retrógradas, que sin sumergirse hondamente logra evocar temas para la reflexión.
El director mantiene el pulso, es hasta sus últimos minutos donde la trama decae, los actores ofrecen una buena interpretación, donde se es bueno o no, no hay mucho que apreciar cuando nos hallamos frente a estos filmes que no brindan el espacio suficiente para el desempeño de sus protagónicos, Adrien Brody puede brindarnos cuadros y puestas en escena desesperantes sin necesidad de derramar una sola lágrima y Keira Knightley puede brindar mucho más allá del papel de la chica supuestamente mala, factible a transición y marcada por su pasado (algo severamente estereotipado), sin embargo lo hacen bien y es apreciable, no hay que desdeñar.
El punto negativo del comentario se remonta a su sello final, que es tan contradictorio como insatisfactorio ante mi óptica y opinión, secundado por la duda tangible de querer catalogar al filme en un apartado comercial o reflexivo, que sin llegar a ser tan descocado para pertenecer a lo comercial, tampoco tiene el suficiente meollo para ser trascendental, así bien el decoro de su trama es juzgada solidariamente por cada mente, que en su interpretación juzgará a la razón o la emoción y el sentimiento.
Lucio Rogelio Avila Moreno
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