Dirección: Fritz Lang.
Intérpretes: Edward G. Robinson, Joan Bennett, Dan Duryea, Margaret Lindsay.
Película basada en una novela de Georges de La Fouchardière y André Mouézy-Éon, ya llevada al cine por Jean Renoir en “La Golfa”. Con guión de Dudley Nichols (“La Diligencia”, “La Fiera De Mi Niña”).
Sinopsis
Christopher Cross (Edward G. Robinson), cajero de un banco neoyorquino, lleva una infeliz vida matrimonial que intenta enriquecer practicando su afición favorita, la pintura.
Ignorante del verdadero amor, cree encontrarlo en la figura de una joven y bella mujer llamada Kitty March (Joan Bennett), quien junto con su ambicioso y violento novio (Dan Duryea), teje una trama para aprovecharse de la pasión del ingenuo bancario, quien, ciego de amor por la femme fatale, irá complaciendo todos los deseos que la embelesadora fémina le requiere.
Crítica
Con el irrepetible trío protagonista que ya empleara previamente en “La Mujer Del Cuadro” (1944), Fritz Lang filmó con “Perversidad” un excelente remake de la película “La Golfa” de Jean Renoir.
Es una magistral cinta de cine negro basada en la fuerza pasional de la dominación amorosa, vorágine vehemente que termina arrastrando en su esencia confabuladora a todos los elementos de la pérfida maquinación: dominadores y dominados.
El círculo febril establecido en un contexto artístico y acrecentado por las ansia materiales se transmite por Lang en un relato subyugado por atmósferas sombrías, depresivas, en las que conviven caracteres impulsivos dibujados con el pincel de un trágico destino que reproduce el oscuro color de la muerte, la desazón, el remordimiento.
Imprescindible.
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