Crítica
Rick Rubin produjo este disco de los Strokes, la banda de Manhattan con sonidos derivados de la new wave y el post-punk.
Se abre “The New Abnormal” con “The Adults Are Talking”, pieza con voz laxa sobre ritmo rápido y énfasis emocional en falsete.
Es un corte pegadizo, de fluidas guitarras, entre el pop nueva ola y el surf, y un texto sobre confusión en una relación de conflicto, generacional, de amantes…
… no sabes como quejarte, yo ya no quiero nada, hiciste algo mal y presumes de ello…
En “Selfless”, Julian Casablancas evoca un amor perdido.
… el tiempo que perdimos; es mi culpa, no tardes porque deseo tu amor, la vida es corta y viviré por ti…
Balada de crooner abatido con envolvente instrumentación.
Melancolía dramática a lo Keane.
Intro con sintetizador en la canción bailable “Brooklyn Bridge To Chorus”, un corte con influencias 80’s estilo Human League o Duran Duran.
… y las bandas de los 80, ¿dónde están?…
La dificultad de encontrar nuevos seguidores. El paso del tiempo, la sustitución en la radiofórmula, el reciclaje.
En “Bad Decisions” toman la melodía del “Dancing With Myself” de Billy Idol y de nuevo Casablancas, recién divorciado, se autoculpa de los errores… he hecho malas decisiones por ti…
No nos escuchamos. Falta de comunicación.
Billy Idol con guitarreo a lo The Cure.
Hasta aquí, todas estas primeras piezas del álbum, sin entusiasmar, son cortes escuchables, melódicos, con buen sentido del ritmo y de las variantes en estructuras clásicas pop-rock.
A partir de aquí el disco pierde interés y gana en monotonía.
“Eternal Summer” es una balada de más de seis minutos, entre el romanticismo y la calentología.
Bases funk y falsete; recuerda a los Scissor Sisters.
Se hace larga y pesada.
… mis pensamientos, qué confusión, he perdido todo…
Julian Casablancas en sentimiento sombrío y modo lento, de nuevo con la ruptura de pareja en mente y solo con su voz acompañada de un sintetizador.
Tan pesada como la anterior.
Seguimos con ánimo derrotista en “Why Are Sunday’s So Depressing?”, un medio tiempo funk pop, con fraseos dylanianos y falsete.
Del montón.
“Not The Same Anymore” es una pasable balada melancólica, emocional, con buenos arreglos guitarreros.
Termina el disco con “Ode To The Mets”, homenaje a un equipo de béisbol que remacha el tono macilento de crooner mustio, aquí adornado con intro robótica/videojuego ping pong antes del sonido angular y un simulador de fagot con textos extraños, presuntamente metafóricos… encima de su caballo, no quiero despertar más… bajo su pulgar, iré solo, iremos solos…
Fin rutinario en un conjunto pop-rock de mediana entidad.