• Por Antonio Méndez

devin davis album review critica alohacriticonCrítica

Debut de Devin Davis, un tipo de ambiciosa lírica, con retazos surrealistas, que puede llegar a componer canciones escuchables pero no destinadas a la trascendencia, en especial porque, dentro del power pop, el folk rock, garage rock o la psicodelia velada, y a la par que sus letras apañadas y sus ritmos y estructuras derivativos que pueden llegar a atrapar al oyente menos ducho, su estatura melódica no resulta demasiado prominente, por lo menos muy lejana de sus principales fetiches musicales.

Se nota que le gustan los Beatles (en especial la etapa “Revolver”), Bob Dylan, los Kinks (no tiene mal gusto), con dejes vocales incluso de Ray Davies, un poquitín del sonido Detroit tampoco viene nada mal para animar el cotarro, algo de power pop, alguna infusión en el rock de raíces, algún rasgo que otro del David Bowie glamero…

Sus temas tienen algunos apuntes melódicos interesantes que no compacta en el conjunto del tema, posee riffs potentes dándole a la fuzz guitar pero tampoco entusiasman por su derivativa naturaleza y sus letras son de cierto nivel pero su narrativa resulta bastante complaciente, cuando no pesada.


“Iron Woman” es de lo mejor del álbum a pesar de que recuerda a los Counting Crows.

Entusiasta, directa, con un estribillo propicio al canto con armonías vocales y un trasfondo sónico potente que presagia un disco más que aceptable, y más cuando la segunda pieza resulta tan notable como la garajera “When I Turn Ninety-Nine”, con la fuzz guitar, trombón y teclados (todos tocados por el propio Davis) enardeciendo un ritmo musculado, excelentes el bajo y la batería, contrastado con un puente que muestra buena sensibilidad pop.

En plan fábula con trabajada imaginería, “Turtle And The Flightless Nird” es una balada con piano eléctrico y pedal steel que más que cantada por Davis parece cantada por Davies, Ray Davies. Comienza bien pero no termina de arrebatar.




“Moon Over Shark City” tiene fuerza, un buen riff guitarrero y acompañamiento de metal.
Tema a lo Stooges, Stones 70’s o el David Bowie más rockero.
Los “u-u-u” y “yeah yeah yeah”, más aplausos, le da el aire festivo para gozarla en directo.
No obstante, es derivativa e impulsa a coger el vinilo del “Sticky Fingers” de los Stones y pinchar algo. A ver, a ver.
Por ejemplo “Bitch”…”Yeah when you call my name I salivate like a Pavlov dog”… Es que me desato… ¡Este tema es que es cojonudo!
Ahora voy a poner el “Can’t You Hear Me Knocking”. Bueno, no, dejemos el “Sticky Fingers” y volvamos al Devin.

Ahora suena una balada folk a lo Dylan con “Cannons At The Courthouse”.

Buen texto y un desarrollo que pasa del bueno de Zimmerman a un pretencioso final psicodélico-gospel.




“Transcendental Spors Anthem”, con guiño irónico en la letra al “Monkey’s Theme” de los Monkees, es un escuchable tema power pop con distorsionadas guitarras hard rock, ritmo intenso, jubiloso estribillo.

Con “Sandie”, con sonidos acústicos y fuzz guitar, escribe una de sus mejores melodías que recuerda a los Kinks.
Destacable el maravilloso aporte del cuerno francés remedando la melodía en contraste con las guitarras.
Gran balada.




“Paratrooper With Amnesia” ofrece un sonido rock’n’roll-blues con también evocaciones para el sensacional grupo de los hermanos Davies y para el agitado Jerry Lee Lewis cuando enervan la parte del piano.

“Giant Spiders” con guitarras acústicas, interpretación a dos voces, batería a lo Who y teclados a lo Procol Harum muestra poca originalidad con una estructura caprichosa.


La balada “The Choir Invisible”, de nuevo con sonidos acústicos y ahora con énfasis en las voces acompañando la perorata, es la enésima vez en que Devin nos sugiere que se pirra por los Kinks, los Beatles o Bob Dylan.
Pues muy bien.
Además en el caótico y ácido final las baterías simulan explosiones de fuegos artificiales. Esto ya es la repera.

El disco termina con “Deserted Eyeland”.
Comienza como una balada acústica para acelerar su tempo con la sección rítmica y dirigirse, con arreglos suntuosos, a los lugares comunes del pop en sello independiente sin demasiada consistencia melódica.