Dirección: Francis Veber.
Intérpretes: Jacques Villeret, Thierry Lhermitte, Alexandra Vandernoot, Catherine Frot.
Con guión de Francis Veber (“Mi Padre, ¡Qué Ligue!”).
Sinopsis
El editor parisino Pierre Brochant (Thierry Lhermitte) se reúne semanalmente con sus amigos para celebrar cada miércoles una curiosa cena: cada uno lleva a un idiota con el fin de reírse de ellos.
El que lleve al más idiota será el ganador.
Pierre cree encontrar en François Pignon (Jacques Villeret), un trabajador de Hacienda que se dedica a realizar maquetas con cerillas de famosos edificios y monumentos, el idiota perfecto para su próxima cena.
Crítica
Francis Veber, adaptando una obra teatral propia, logró uno de los mayores éxitos del cine francés en la década de los 90 con esta película, una notable comedia que utiliza con talento la sátira social, los equívocos, el enredo, la falsa identidad, el triángulo amoroso, el todo sale mal… con casi toda la trama transcurriendo en el piso de Thierry Lhermitte.
La historia se inicia con el propósito de un grupo de esnobs, encantados de conocerse, que pretenden burlarse de alguien porque tenga una afición fuera de lo común y que no se plasme, aparentemente, en un provecho material y/o hedonista.
El film, ágil, con diálogos, situaciones y giros que trascienden su sencilla premisa, se beneficia de sus buenas interpretaciones, en especial la de Jacques Villeret como “el idiota” François Vignon, manifiestando en su relación con el “inteligente” Brochant la estupidez del prejuicio, de la presunción fatua, de la consideración superficial del otro, o de la importancia de la moral y bonhomía ante la maldad de motivos y acciones.
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