EL PRÓXIMO ORIENTE (2006)
Dirección: Fernando Colomo.
Intérpretes: Javier Cifrián, Nur Al Lavi, Asier Etxeandía, Ash Varrez.
En el mestizo barrio de Lavapiés conviven dos hermanos, Caín (Javier
Cifrián) y Abel (Asier Etxeandía), éste último con su familia formada por su
mujer, Pino (Kira Miró) y sus dos hijas.
De forma inmediata, Abel se trasladará a Canarias aduciendo motivos
laborales, aunque la verdadera causa será descubierta por Caín: alejarse
de Aisha (Nur Al Levi), una compañera de trabajo de Abel con la que éste
mantiene una relación sentimental.
“El próximo Oriente”, ocurrente inversión de las palabras que designan el
conocido topónimo, constituye otro eslabón cómico de la regular cadena
que forma la carrera de Fernando Colomo.
En esta cinta, y con la ayuda de Joaquín Oristrell, quien colaboró también
con Manuel Gómez Pereira en “Reinas” (2005), Colomo no sólo da
testimonio de la mezcolanza de razas con un trasfondo castizo, sino que
también refleja las divergencias y sinsabores dentro de cada una de las
familias.
Efectivamente, además del choque que puede suponer la unión o
matrimonio entre miembros de distintas civilizaciones, tema ya tratado por
Ken Loach en “Sólo un beso” (2004), Colomo indaga por un lado en el
conflicto generacional dentro de la propia religión islámica, y por otro, en la
sempiterna relación conflictiva entre hermanos provenientes de un tronco
común, pero tan diferentes como el blanco y el negro.
La faceta interpretativa de “El próximo Oriente” está bien resuelta, teniendo
en cuenta, sobre todo, la corta experiencia cinematográfica del elenco;
destacando la presencia de Asier Etxeandía que, aún siendo más breves
sus apariciones que las de Javier Cifrián, logra unas extraordinarias
réplicas a éste.
No sólo los personajes se entremezclan en este sainete de enredos,
también la música lo hace a su manera, coexistiendo el “Claro de luna” con
ritmos indios, o directamente fusionando tonadas andinas con la
mozartiana “Pequeña serenata nocturna”.
Si hubiera que alabar ciertas particularidades del filme, uno se decantaría
por las brillantes elipsis utilizadas por Colomo en determinadas partes de la
narración, así como en concretos e ingeniosos diálogos incluidos en su
guión.
Alberto Alcázar