• Por Antonio Méndez

swans-beggar-album-2023Crítica

Los Swans de Michael Gira en uno de sus trabajos más ambiciosos, “The Beggar”. Dos discos con dos horas de música densa, intensa, oscura, en el que cabe la introspección o la alienación, la crisis existencial, las relaciones tócias o las metáforas de muerte… Mucho tempo lento, entre el aburrimiento y la excitación, la monotonía y la complejidad.

Se abre el primer disco con la pieza de 8 minutos “The Parasite”, historia sobre sumisión, dependencia, esclavitud, introducida con guitarra acústica desnuda en progreso de recital de folk mórbido con voz cavernosa en evolución ambient. Pesimismo con dejes Tom Waits.

Más de 9 minutos dura “Paradise Is Mine”, uno de los mejores cortes de este primer disco.
Riff sencillo y pegadizo, muro intenso con nervioso bajo, voz barítona, tono intrigante y envolvente mantra rock gótico con catarsis.
Michael Gira crea un mundo extraño, con seres acostados en barro esperando algo, una luz, la semilla. La necesidad de encontrar un mundo nuevo y dejar atrás algo enfermizo, de adentrarse en parajes mentales y físicos.




swans-beggar-critica-review-2023La canción más corta de todo el álbum es “Los Angeles: City Of Death”.
Descripción urbana como escenarios de horror con la densidad habitual del grupo en un rítmico y turbio garaje rock/proto-post-punk que le lleva a la Velvet Underground.

“Michael Is Done” trata el término de Michael, es decir, del propio Gira. Alienación contando insectos, crecen alas y se remojan sábanas. Michael contrasta en armonía su voz con la de su mujer, Jennifer, en un folk ambient con un tramo instrumental fenomenal que lleva a Phil Spector a un ácido post-rock.

“Unforming”, tema de 6 minutos, es una aburrida pieza country folk con Gira recordando a Lou Reed.

“The Beggar”, canción de 10 minutos que titula este trabajo, también es bastante monótona en su modo recitado y recae en el tema de la sumisión, del control, de la alienación, de la dependencia, con instrumentación nerviosa, atmosférica, toques post-punk góticos y ambient.
Típica del grupo neoyorquino.




7 minutos dura “No More Of This”, letra minimalista y sonido monótono que aborda el cierre, el inicio, el ciclo y sus cambios. Lánguida, con trazos country y tramos soporíferos, podría grabarla Nick Cave.

“Ebbing”, de 11 minutos, crea otro escenario de desolación, metáforas de turbación, de muerte, texturas densas con un folk ambient rock de interesantes texturas menoscabadas por el exceso de su duración.

Termina el primer disco con “Why Can’t I Have What I Want Any Time That I Want”, 8 minutos de insatisfacción, de obsesión enfermiza, con un folk prog orquestal oscuro, de tempo arrastrado y sentimiento de frustración.

El segundo disco solo tiene dos piezas.
Una de 44 minutos.
La otra de 8.

La de 44 minutos es “The Beggar Love (Three)”, el mejor corte del álbum. Aquí sí que hay variantes en un original cruce de prog-rock, drone, post-punk estilo The Cure/New Order, rock gótico, folk progresivo, krautrock… que Gira divide en secciones de forma que el tema, extensísimo, no aburre como otros más “cortos”.

Termina el álbum con “The Memorious”, ahora una relación tóxica pasado a lo natural que parece ser se inspiró en el cuento de Jorge Luis Borges “Funes El Memorioso”.
El tema es un agitado post-punk que logra transmitir con efectividad una expresión sombría, de riff incisivo dentro de arreglos instrumentales y vocales intensos, terminando “The Beggar” de forma satisfactoria.

Puntuación

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