Dirección: Leslie H. Martinson.
Intérpretes: Adam West, Burt Ward, Lee Meriwether, Cesar Romero.
Con guión de Lorenzo Semple Jr. (“King Kong”).
Sinopsis
Batman (Adam West) y Robin (Burt Ward) tendrán que combatir a cuatro villanos, Catwoman (Lee Meriwether), el Joker (Cesar Romero), el Pingüino (Burgess Meredith) y el Acertijo (Frank Gorshin), que se han unido para conquistar el mundo deshidratando y convirtiendo en polvo a los principales dirigentes políticos.
Crítica
Los responsables y protagonistas de la serie de televisión “Batman” estrenaron también en la gran pantalla un largometraje con el hombre murciélago de tebeo creado para DC Comics por Bob Kane.
Lo mejor de esta comedia con protagonismo de superhéroe es que jamás se toma en serio (no podía ser de otra manera, visto lo visto…)
En los primeros créditos los productores ya afirman que no tienen más objetivo que la creación de un escapismo estrafalario y bufonesco.
Se destaca la pegadiza melodía creada por Neal Hefti (convertida en un distintivo pop de la época y versionada por grupos como los Who o los Standells), el colorismo típico de los productos desenfadados de los años 60, y las onomatopeyas de cómic (Pow!!, Bap!! o Zwapp!!) que no aparecen hasta los mamporros y patadas encima del submarino.
Al margen de ello, la farsa es barata y demasiado pueril.
Desde el inicio con el risible tiburón de plástico agarrado a la pierna de West hasta el final con el cruce de lenguajes entre los gerifaltes internacionales, la trama no logra entusiasmar a pesar de su tono conscientemente absurdo-ridículo.
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