Dirección: Ricardo Franco.
Intérpretes: Antonio Resines, Maribel Verdú, Jordi Mollá, Elvira Mínguez.
Rafa (Antonio Resines) es un carnicero solitario y frustrado sexualmente, que aloja en su casa a una prostituta embarazada llamada Marina (Maribel Verdú) tras haberla auxiliado cuando estaba recibiendo una paliza de su novio, un delincuente llamado Daniel (Jordi Mollá). Rafa y Marina pronto inician una relación sentimental, adoptando Rafa a la futura hija de Marina, a la que llaman Estrella. La feliz situación familiar que viven se turbará cuando Daniel (Jordi Mollá), el padre de la niña, salga de la cárcel y, tras recibir una paliza, acabe viviendo con ellos en la misma casa.
Drama social y romántico dirigido por Ricardo Franco, quien, basándose en hechos reales, creó una película íntima y sosegada, de tono pesimista, triste, sobre la fortuna existencial, el destino trazado por un pasado infausto de difícil o imposible superación, y la ligazón vital que pervive tras la muerte.
Para enfocar estos temas centra la acción en tres personajes solitarios encontrados en una situación extrema y desarrollados en un triángulo amoroso que buscan, cada uno a su manera, la felicidad y la mejora de sus respectivas vidas, contrastándose tales caracteres en psicologías, actitudes y responsabilidades.
El film, llevado con buen tacto por Franco y excelentemente interpretado por el terceto protagonista, con un Antonio Resines espléndido en su sobriedad de expresiones, intenta otorgar calado emocional a los asuntos tratados, pero para alcanzar mayores logros la historia resulta bastante insuficiente, previsible, e incluso moralizante. El clima que acoge el triángulo tendría que resultar más penetrante y, sobre todo, más enrarecido y enfermizo en la interacción triangular; el retrato psicológico más original en la vinculación entre pasado y presente y los personajes menos estereotipados y más singulares; el ritmo más intenso, que no acelerado; las emociones menos aparentes; y el final menos gratuito en la consecución de las mismas.
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