Dirección: Víctor García.
Intérpretes: Carla Campra, Aina Quiñones, Marc Soler, Carlos Oviedo.

Con guión de Guillem Clua (“Los Renglones Torcidos De Dios”).

Sinopsis

Años 80.
Sara (Carla Campra) sale de marcha con su amiga Rebe (Aina Quiñones) tras acudir a la comunión de su hermana Judith (Olimpia Roch) en el pueblo en el que viven.
De vuelta a casa, suben a un coche y casi tienen un accidente atropellando a alguien… piensan que es una niña, pero lo que descubren es una muñeca vestida de comunión.

Crítica




Película con terror “de época” que se ambienta en un pueblo durante los años 80, contextualizada tal época en la ropa, peinados, música y coyunturas varias (desde la colonia Farala a la revista Súper Pop pasando por la aparición de Constantino Romero en el “El Tiempo Es Oro” o la imagen de Sabrina Salerno como desahogo onanista)

Como cinta de horror fantasmal que agita ánimos adolescentes y se sustenta en leyenda y el objeto inanimado como conducto del terror, no provoca miedo, en una trama sencilla y nada original con visiones, alucinaciones, estigmas… y lugar también para el maltrato en familia y la marginación del diferente.

Tampoco se crea una idiosincrasia propia del lugar si se pretendiese fundamentar en un “terror folk”, no aportando singularidad a sus habitantes, mitos y escenarios.

Sin embargo, no está mal algún tramo atmosférico con efectos pasables, las correctas interpretaciones de las amigas protagonistas (Carla Campra y Aina Quiñones), y momentos de tensión bien narrados.