DEPREDADOR (1987)
Dirección: John McTiernan.
Intérpretes: Arnold Schwarzeneger, Carl Weathers, Elpidia Carillo, Bill Duke.
Un grupo de mercenarios de élite, encabezados por el mayor Dutch
Schaeffer (Arnold Scwarzenegger), es contratado por el Gobierno para buscar a un comando
desaparecido en plena jungla de la América Central. Pronto se darán
cuenta de que la misión es una encerrona que va a poner en peligro la
vida de sus integrantes.
Estupenda cinta realizada por uno de los maestros del cine
contemporáneo de acción, John McTiernan que, posteriormente, seguiría
una trayectoria fílmica demasiado irregular, con títulos tan vulgares e
intrascendentes como “Los Últimos Días del Edén”, “El Guerrero Número
13″ o “Basic”. Pero en cambio, al frente también de películas tan
interesantes y espectaculares como “La Jungla de Cristal” y “La Caza
del Octubre Rojo”.
En “Depredador” lo tenemos todo (siempre al margen de unas
interpretaciones ajustadas a sus roles, sin excesivas pretensiones): Un
guión perfectamente estructurado en el que no existe ni un solo momento
de sosiego, una fotografía fabulosa de la mano de Don McAlpine y la
coreografía musical indispensable de Alan Silvestri. Y, sin duda,
estamos en la época dorada de Schwarzennegger, tras haber protagonizado
tres años antes la convulsiva obra maestra “Terminator”.
McTiernan nos sorprendió aquí con una cinta bélica de ciencia ficción
en la que presentó al segundo de los extraterrestres más carismáticos
del Séptimo Arte después de Alien (del ya mundialmente conocido
maquetista H.R. Giger), un Depredador diseñado por Stan Winston que,
posteriormente, protagonizaría diversas correrías de poco calado
(primero un vídeo juego y después la película homónima, de dudosa
trascendencia cinematográfica, “Alien vs. Predator”).
Hay en “Depredador” momentos estelares que han pasado ya a los anales
de la historia del cine bélico contemporáneo, tales como la inolvidable
escena en la que los hombres de Schaeffer vacían a la vez sus
cargadores contra una selva que sirve de cobijo al propio Satanás (y lo
hacen con la ayuda indispensable de la ametralladora Impaciente). Sin
duda, un momento captado magistralmente. O el momento en el que el
mismo Schaeffer se da cuenta de que el Depredador no puede verle si va
untado de barro (reparen ahora en la estupenda fotografía). Y, por
supuesto, el duelo final, que sorprende incluso al mismo Depredador,
que no acaba de comprender la razón por la que un ser humano puede
ponerle en tantos aprietos. Y es que Schwarzennegger lo tiene claro:
“si sangra, podemos matarlo”.
Martin Robles
En el medio hollywoodense son realmente pocas las cintas que sobresalen por sus propios méritos artísticos, muchísimo más si reducimos la afirmación al género de acción.
Y bueno, “Depredador” no es la excepción.
La cinta de John McTiernan es, en una palabra: absurda. En aproximadamente dos horas se nos cuenta como un grupo de marines rudos mueren poco a poco a manos de una especie de creatura asesina surrealista que logra mas risas que miedo.
Los clichés del mas insípido material yanqui estan a la orden del día: Los marines negros mueren primero, despues la mujer, despues el tipo que estaba de relleno en la historia, todo para dejar paso libre a nuestro fornido, exagerado, sobreactuado e insoportable heroe de la pantalla (y hoy gobernador) Arnold Schwarzeneger, que en menos de 10 minutos aniquila al extraterrestre como si de un perro callejero se tratase.
Ni hablar de encuadres interesantes, un trasfondo en la historia, la construccion de personajes, el entorno psicológico, la construcción narrativa, el uso de elipsis. El director ignora completamente el significado de estos términos, y se siente en el tedioso resultado final.
La fotografía es decente pero no sobresale en ningún momento, la edición es típica del género y en general la película tiene poco o nada que ver con la muy disfrutable y posterior Die Hard.
Predecible, típica, absurda, repleta de situaciones inverosimiles y diálogos dignos de un robot, es un misterio por qué “Depredador” ha logrado tal trascendencia, tal vez ayudado por la fama de la genial obra maestra de Ridley Scott: “Alien”.
Sergio Bárcenas Huidobro
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