Dirección: Douglas Sirk.
Intérpretes: Lucille Ball, George Sanders, Charles Coburn, Cedric Hardwicke.
Con guión de Leo Ronsten (“Pacto Tenebroso”).
Sinopsis
En la ciudad de Londres se están asesinando a mujeres tras enviar el asesino un poema a Scotland Yard.
Una bailarina llamada Sandra Carpenter (Lucille Ball) es utilizada como cebo por el inspector Harley Temple (Charles Coburn) para atraparlo.
Crítica
Conocido por sus melodramas coloristas de los años 50, Douglas Sirk se inició en Hollywood con diversidad de géneros, entre ellos el policíaco y el cine negro.
Este film, historia policiaca “whodunit” producida por el independiente Hunt Stromberg, es un remake de “Trampas”, una película dirigida en Francia por Robert Siodmak con Maurice Chevalier encabezando el reparto.
Sirk crea una intriga criminal muy entretenida, dinámica, de estupendo reparto, con pistas falsas, variados ambientes (desde los sórdidos a los elegantes), uso estético noir urbano (con siluetas, contrastes de luz, niebla) caracteres pintorescos, en especial el enajenado sastre interpretado por Boris Karloff, quien solo aparece en una secuencia, y cierta profundidad psicológica en algún personaje, como el de Cedric Hardwicke.
Al margen de ello, la película, conocida en algunos países como “Poesía En El Crimen” o “Acechada”, con una plausible Lucille Ball como infiltrada de Scotland Yard y citas a Charles Baudelaire, es previsible en la resolución del misterio criminal, forzada en el enamoramiento para colar un aspecto romántico que podría ser obviado, y arbitraria en algunas situaciones para acomodar la trama a sus propósitos.
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