Dirección: Armando Bó.
Intérpretes: Armando Bó, Isabel Sarli, Andrés Laszlo, Ernesto Baez.
Con guión de Augusto Roa Bastos (“La Sangre y La Semilla”).
Sinopsis
Julio Guillén (Armando Bó) logra en Paraguay un trabajo en la empresa maderera del estadounidense Max Forkel (Andrés Laszlo), un déspota que explota con crueldad a sus trabajadores.
Julio encabeza una revuelta contra Forkel, cuya mujer, Flavia (Isabel Sarli), llega al lugar para tensar todavía más las cosas.
Crítica
Pocos años después de coronarse Miss Argentina, la curvilínea Isabel Sarli debutó en el cine con este drama social ambientado en una finca con explotación laboral. También hay dosis de racismo en el trato vejatorio a los indígenas.
Basada en un relato corto del escritor paraguayo Augusto Roa Bastos, autor también del guión, la película es una clásica historia de revuelta ante un tirano con retrato maniqueo para acentuar el mensaje de unidad frente a la injusticia, con protagonismo de un taciturno Armando Bó liderando a sus compañeros de penurias y en busca de libertad y dignidad.
Como fondo musical, algunas canciones, guitarras acústicas y arpas.
Bó sufre latigazos y crueldades varias mientras flirtea (a su pesar) con la mujer “del patrón”, Isabel Sarli, aquí en modo femme fatale como objeto de deseo por parte de los trabajadores, obnubilados ante su desnudez bañándose en el río.
La resolución es previsible en una historia poco original en motivos y conflictos, siendo lo más destacado el citado debut de la Coca. A destacar también el uso del guaraní en convivencia con el español.
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