Dirección: Sidney Lumet.
Intérpretes: Henry Fonda, Lee J. Cobb, Martin Balsam, Jack Warden.
Con guión de Reginald Rose (“Crimen En Las Calles”).
Sinopsis
Doce hombres, miembros del jurado, se reúnen tras un juicio que procesa a un joven acusado de asesinar a su padre.
Si lo encuentran culpable por unanimidad, el muchacho acabará en la silla eléctrica.
La cosa parece clara para el jurado.
Comienzan a votar, once votos a lo consideran culpable.
Sorprendentemente uno vota inocente. Duda y quiere debatir los hechos.
Crítica
Tras un período en televisión, Sidney Lumet debutó como director de cine con este drama judicial de bajo presupuesto basado en un telefilm dirigido por Franklin J. Schaffner unos años antes.
La película, producida por Henry Fonda, narrada en tiempo real, en el espacio limitado de una sala de deliberación y sin música en la mayor parte de su metraje, es una cinta de protagonismo coral en contra de la pena de muerte que parte de la figura del jurado disonante.
El guión de “Doce Hombres Sin Piedad” centra su mensaje y alegato en una historia con el diálogo como principal método narrativo, en el posible error del veredicto, con el prejuicio ante la objetividad del hecho delictivo y la duda (in dubio pro reo) ante la veracidad del mismo, anulando desde la ética, la moral, cualquier declaración de muerte desde el sistema punitivo.
Las interpretaciones son fenomenales y el conflicto se muestra con tensión, con un interés sustentando en la diversidad de caracteres y sus diferentes argumentaciones en una exposición realista, con fundamento personal y jurídico.
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