¡ESTO ES RITMO!
Dirección: Thomas Grube y Enrique Sánchez Lansch.
Intérpretes: Película documental.
Documental producido en Alemania que desarrolla la idea didáctica de
preparar a doscientos cincuenta jóvenes, para un encuentro coreográfico con
la Filarmónica de Berlín a través de una obra de Igor Stravinsky: “La
consagración de la primavera.”
Aunque las primeras sensaciones acústicas y visuales incluidas en el prólogo
(tonada rap y panorámicas de un barrio humilde), pudieran hacer pensar que
uno se adentra en una descripción dura y difícil de una tribu urbana de la
moderna Alemania, nada más lejos de ello: se trata, sin embargo, de la
titánica tarea de acercar la cultura al universo infantil y adolescente
partiendo de una composición musical de corte clásico y un ballet.
“¡Esto es ritmo!” se divide cronológicamente en segmentos coincidentes con
las distintas semanas de aprendizaje de los distintos grupos, la asistencia
de los “bailarines” a un ensayo de la Filarmónica, una puesta en común de lo
trabajado por ambos grupos y, finalmente, la representación ante un público
entregado.
Dos realizadores detrás de las cámaras fueron los garantes de trasladar a
documento original y, sobre todo, pedagógico, lo que otros dos profesionales
de la danza y la dirección musical ejecutaron delante de esas mismas
cámaras.
El alemán Thomas Grube y el asturiano (pero no menos germano) Enrique
Sánchez Lansch, con inquietudes artísticas similares, se encargaron en la
parte técnica de que el proyecto se encauzara de la forma más adecuada a la
labor paciente desplegada por Royston Maldoom y su equipo, por un lado, y
Sir Simon Rattle y la Filarmónica de Berlín, por el otro.
El banco de pruebas que incluye “¡Esto es ritmo!” se convierte en una
recomendación obligatoria para educadores en general, por la provechosa
oportunidad de asistir al enriquecedor y estimulativo proceso puesto en
marcha por Rattle y Maldoom, a la hora de transmitir una pasión (contagiada
en ellos mismos por el propio Stravinsky y por Nureyev, respectivamente) a
unos jóvenes inexpertos que, con ciertas reticencias en un inicio pero
involucrados totalmente a su término, consiguen escenificar la famosa
partitura del compositor ruso al lado de la orquesta más prestigiosa del
mundo.
Alberto Alcázar