EXTRAÑAS COINCIDENCIAS (2004)
Dirección: David O. Russell.
Intérpretes: Dustin Hoffman, Jason Schwartzman, Jude Law, Lily Tomlin.
Albert (Jason Schwartzman) es un joven obsesionado con la ecología y que
pretende evitar la edificación en una zona verde de un nuevo centro
comercial de la cadena Huckabees, de la cual forma parte Brad (Jude Law), un
ejecutivo arribista. Obsesionado por una coincidencia, Albert acudirá a una
pareja de detectives existenciales (Dustin Hoffman y Lily Tomlin), para que
resuelvan el maremagnum mental que sufre. Será entonces cuando conozca a Tom
(Mark Wahlberg), un bombero obsesionado con el uso del petróleo y la nada
existencial.
“Extrañas coincidencias” es el horrísono título en español (digno de
telefilm de sobremesa) que se ha dado al último trabajo del director David
O. Russell, autor de “Flirteando con el desastre” y “Tres Reyes” y que en
ésta ocasión ha querido mostrar una especie de thriller psicológico, pero
más por su parte existencial, que por resultar perturbador.
Cabe decir que nos hallamos ante toda una rareza, una comedia absolutamente
marciana, con un humor extravagante y surrealista cercano a las creaciones
de Charlie Kaufman (Como ser John Malkovich). El universo de la película
está poblado por personajes caricaturescos, absolutos “freaks”, atenazados
muchos de ellos por la duda metafísica y la desorientación vital. Es por
todo ello por lo que el film no es precisamente apto para todos los
paladares.
La película está trufada de diversas teorías filosóficas y existenciales,
que van desde el extremo pseudo budista de la pareja de detectives hasta el
nihilismo de una investigadora francesa (la siempre inquietante Isabelle
Huppert), que harán replantearse el modo de vida de los protagonistas, como
en el caso de Dawn (Naomi Watts) imagen de los almacenes Huckabees, novia de
Brad y que se hartará de ser un rostro bonito.
Así pues el resultado es un producto desopilante a ratos (como cuando
aparece una anciana española vestida con ropón negro o cada vez que aparece
Mark Wahlberg en pantalla, pues se antoja hilarante ver al protagonista de
“El planeta de los simios” o “Italian Job” hablando de términos como la
“algunidad” o el “vacío”), pero que en otros momentos resulta repetitivo o
no parece ir a ninguna parte.
Del reparto hay que destacar al citado Wahlberg y a Schwarztman, un
interesante actor joven al que hemos visto en otros proyectos a
contracorriente como “Academia Rushmore” o “Spun”, y que son cabezas de
lanza de un elenco de gala bien ajustado a sus respectivos roles. Asimismo
merece resaltarse la banda sonora de Jon Brion, que nos deleita con su
habitual sonido, rozando lo naïf (como ya demostrara en “Punch Drunk Love”).
En definitiva, una comedia con un humor no precisamente facilón, que
espantará a quienes esperen una comedieta “made in Hollywood” al uso, y que
quizá sea bien degustada por amantes de las excentricidades. David García
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