Dirección: Michael Mann.
Intérpretes: Adam Driver, Penélope Cruz, Shailene Woodley, Gabriel Leone.

Con guión de Troy Kennedy Martin (“The Italian Job”).

Sinopsis

Verano del año 1957.
Enzo Ferrari (Adam Driver), casado con Laura (Penélope Cruz) y en relación extramatrimonial con Lina Lardi (Shailene Woodley), con la que tiene a su hijo Piero (Giuseppe Festinese), se enfrenta a una crisis personal y empresarial. Ganar la Mille Miglia puede impulsar de nuevo su marca.

Crítica

Michael Mann, adaptando un libro de Brock Yates escrito por el fallecido Troy Kennedy Martin, nos lleva a la Mille Miglia del año 1957 para contar un episodio importante en la vida de Enzo Ferrari, inmerso en problemas maritales y con dificultades en su compañía de automóviles.

Adam Driver, un buen actor, se muestra apático, postizo, como Enzo Ferrari, lo que desbarata el efecto emocional de sus ambiciones y tragedias.
Penélope Cruz, aunque monótona en recursos dramáticos, cumple como mujer engañada. Los demás, la mayoría funcionales cuando no anecdóticos, no ayudan a dotar de profundidad a una trama muy superflua, faltando interés e intensidad. Entre ellos una Sarah Gadon como Linda Christian (ex de Tyrone Power) y su “beso de la muerte” con el piloto Alfonso de Portago (Gabriel Leone en la película).




Lo más salvable de este drama familiar iniciado con imágenes de documental son los momentos de carrera, la recreación de época, las localizaciones, la fotografía… Lo demás, tanto en su aspecto de crispado triángulo amoroso como en asuntos de competición, legado o aspectos psicológicos en torno a moralidad y/o propósitos complejos que arrastran al contexto, resulta bastante plano.

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