Dirección: Yorgos Lanthimos.
Intérpretes: Emma Stone, Willem Dafoe, Mark Ruffalo, Ramy Youssef.
Con guión de Tony McNamara (“Cruella”).
Sinopsis
Un científico de Londres, Godwin Baxter (Willem Dafoe), revive a una suicida con el cerebro del hijo que estaba esperando. Le llama Bella (Emma Stone).
Más tarde, llega a su casa, como ayudante de Baxter, el estudiante de Medicina, Max McCandles (Ramy Youssef), quien termina pidiendo matrimonio a Bella. Sin embargo, esta se marcha de viaje junto al abogado Duncan Wedderburn (Mark Ruffalo), con quien vive distintas experiencias por distintas partes del mundo comenzando en la ciudad de Lisboa.
Crítica
El griego Yorgos Lanthimos, autor de “Langosta” o “La Favorita”, con guión de Tony McNamara, su colaborador en “La Favorita” y guionista de otra película con presencia de Emma Stone, “Cruella”, adaptó en este film una novela escrita por Alasdair Gray.
La película es fundamentalmente una versión bizarra y erótica del Frankenstein de Mary Shelley, con la clásica figura de científico loco como dios creador.
Esa ciencia-ficción de raíz gótica victoriana se mezcla con múltiples elementos de género tras un primer tramo casi de cine mudo: steampunk, comedia sexual, historia iniciática, fantasía surreal, humor negro, sátira, friki softcore… con el sexo como factor liberador y con una apabullante exposición estético-narrativa post-moderna, luciendo gran angular, ojo de pez, arquitectura art nouveau/modernista, cielos irreales, transición de viaje del blanco y negro al color estilo “El Mago De Oz”…
Tal amalgama ahonda en la bizarría y aparente transgresión del producto, algo que atrae la impresionable sensibilidad de muchos, con una historia que se rinde, siguiendo los modos coitales del libro de Gray, ante el recurso fácil del constante fornicio, y tocamientos varios, como fundamento hedonista para el espabilar de la protagonista, también sumisa en cuitas de carácter demagógico, muy propicio para la manipulable mente infantil que es la que, en los inicios de la película, dominaba la actuación de la protagonista en aprendizaje con progreso de femme fatale.
Mucho recurso esteticista y efectista, de efectiva creación atmosférica, opresiva, claustrofóbica; escaso en lo temático a pesar de las apariencias, pero en conjunto un relato de autodescubrimiento y liberación de indudable singularidad con una fenomenal interpretación de Emma Stone.
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