Dirección: J.A. Bayona.
Intérpretes: Enzo Vogrincic, Agustín Pardella, Matías Recalt, Esteban Bigliardi.
Con guión de J.A. Bayona, Nicolás Casariego (“Intruders”), Jaime Marques (“Malnazidos”) y Bernat Vilaplana.
Sinopsis
Año 1972.
Un avión se estrella en los Andes. Varios de sus tripulantes eran miembros de un equipo de rugby uruguayo. El tiempo pasa, el rescate no llega, y los supervivientes luchan por mantenerse con vida.
Crítica
Drama coral de supervivencia dirigido por J.A. Bayona (“Lo Imposible”) que nos cuenta el famoso accidente aéreo en los Andes de un avión uruguayo que en el año 1993 ya fue centro de la película “¡Viven!” de Frank Marshall.
La historia, ambientada en el año 1972, se enfoca desde el punto de vista del grupo siguiendo el relato narrativo de uno de ellos, con voz en off, pero sin adquirir protagonismo omnipotente como personaje.
El retrato es realista, fiel al sentimiento de los caracteres, jóvenes miembros de un equipo de rugby criados en casas cercanas al mar, entorno reforzado por los luminosos planos iniciales.
Para parte de ellos era su primer viaje en avión.
Gracias al sentimiento de grupo se logró la supervivencia de parte de los pasajeros del vuelo.
La apuesta por la colectividad hace que se pierdan referencias de los personajes, estableciendo una cierta distancia con los sentimientos individuales, lo que provoca desconexión e intensidad en las emociones.
La elección de los actores es acertada con buenas actuaciones y diálogos veraces. Es una historia humana, que respeta a los muertos y a los vivos.
La escena del accidente se narra con enorme realismo con una forma muy física, cuerpos que se aplastan, piernas que se rompen. Resulta impactante.
El sonido acompaña bien la historia, las avalanchas, el viento. Cuando hablan entre ellos se producen algunos momentos de confusión por el realismo del sonido, de las conversaciones cruzadas. Las partes musicales de percusión acompañan bien la historia.
Bayona omite mostrar expresamente detalles de los pasajes más duras por respeto y dignidad, lo que se agradece.
Los diálogos tienen interesantes debates y planteamientos, en torno a ética, legalidad, religión…
Durante toda la narración, y gracias a la estupenda fotografía, se transmite la sensación permanente del frío de la montaña. El paisaje es sobrecogedor. La nieve como elemento hostil, la dureza de lo natural.
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