Dirección: Ridley Scott.
Intérpretes: Joaquin Phoenix, Vanessa Kirby, Tahar Miles, Ben Miles.
Con guión de David Scarpa (“Todo El Dinero Del Mundo”).
Sinopsis
Francia revolucionaria, año 1793. La reina María Antonieta (Catherine Walker) es conducida a la guillotina. Uno de los asistentes al acto es el militar corso Napoleón Bonaparte (Joaquin Phoenix), quien poco a poco va alcanzando poder en el país hasta el fin del Reinado de Terror de Robespierre (Sam Troughton), su éxito en la campaña militar en Egipto y su nombramiento como primer cónsul, el preludio de su título de emperador. Al lado de Napoleón se encuentra su esposa, Josefina (Vanessa Kirby), viuda con la que se ve incapaz de tener un heredero.
Crítica
Muchos años después de la recomendable “Los Duelistas”, película basada en un texto de Joseph Conrad, Ridley Scott volvió a la época napoleónica con este film biográfico del corso que dominó gran parte de Europa en los comienzos del siglo XIX.
La película, con guión de David Scarpa, elige puntos clave de su trayectoria (su presencia en la época revolucionaria, sus campañas militares más celebres, su relación con Josefina, su autocoronación, los exilios…) con una visión esquemática que brilla más en su forma que en su fondo, poseyendo la estética una clara deuda con las pinturas de la época. No solo las más conocidas de Jean-François David, también hay reflejos estéticos de François Gérard, Charles Tévenin o Jean-León Gérôme. Por no hablar de la inevitable huella de la monumental y magistral cinta de Abel Gance que biografió en la época muda a Napoleón con un memorable Albert Dieudonné en el papel principal.
En la película de Ridley Scott, Joaquin Phoenix cumple, otorgando con equilibro matices al personaje, ahora sereno, más tarde impulsivo, se humaniza con suficiencia.
Destaca la relación que mantiene con una Josefina interpretada con delicadeza mórbida por Vanessa Kirby, que aporta consistencia a la evolución de su personaje en relación con la figura de Napoleón.
Esta relación es el eje real de la historia, conformando Scott una épica militar y política como armazón de una gran historia de amor de apasionamiento limitado por el citado esquematismo y la aceptación del rol dentro de las esferas de poder, abordando temas de ambición, manipulación, liderazgo o patriotismo.
Otros factores, que rodean a la psicología de caracteres o a la singularidad en la trascendencia del aspecto íntimo, de la intrahistoria, dentro de un enfoque de epopeya militar, se encuadran sin complejidad en lo convencional.
Fichas en AlohaCriticón