Dirección: Bradley Cooper.
Intérpretes: Bradley Cooper, Carey Mulligan, Matt Bomer, Vincenzo Amato.
Con guión de Bradley Cooper (“Ha Nacido Una Estrella”) y Josh Singer (“Spotlight”).
Sinopsis
Leonard Bernstein (Bradley Cooper) toca el piano y echa de menos a su mujer, Felicia (Carey Mulligan).
En ese momento recuerda su vida como músico y su relación de pareja desde su inesperado debut en el año 1943 como director de la Filarmónica de Nueva York.
Crítica
Biopic de Leonard Bernstein (“West Side Story”) que supuso la segunda película como director de Bradley Cooper tras “Ha Nacido Una Estrella”, ambas de ambiente musical.
Bastante superflua, la cinta se adentra muy poco en su aspecto profesional, siendo esquemática en el persona tras una premisa de “gran historia de amor”.
Nos cuenta el primer acercamiento en ambiente de fiesta, las cuitas sobre infidelidades con la bisexualidad de Bernstein, la enfermedad… pocas emociones se transmiten con intensidad.
Bradley Cooper está bien, aunque su caracterización le acerca más a George Hamilton que a Leonard Bernstein. Carey Mulligan cumple como efecto sentimental en un personaje de escaso desarrollo.
Lo mejor es su narración y estética, con una estupenda labor fotográfica de Matthew Libatique, colaborador habitual de Darren Aronofsky.
Se inicia y termina con distinto formato; se emplea muy bien el blanco y negro en los primeros años, imitando la fotografía de las películas clásicas; se desplaza al color en los años 60 y 70, también con un sentido visual del período; emplea con singularidad algunas elipsis y el trabajo de cámara es elegante y muy fluido, con cenitales, contrapicados, travellings, tomas largas, uso de claroscuros…
La película tiene tanto estilo como poca profundidad.
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