Dirección: James Wan.
Intérpretes: Jason Momoa, Patrick Wilson, Yahya Abdul-Mateen II, Amber Heard.
Con guión de David Leslie Johnson-McGoldrick (“La Huérfana”).
Sinopsis
Arthur Curry/Aquaman (Jason Momoa), tras combatir con su hermano Orm (Patrick Wilson), se ha convertido en el rey de Atlantis al tiempo que ha sido padre con Mera (Amber Heard).
Una amenaza se cierne sobre su reino: David Kane/Black Manta (Yahya Abdul-Mateen II), portando el poderoso tridente negro, que pretende conquistar Atlantis.
Aquaman liberará a Orm de la prisión para combatir juntos contra Black Manta.
Crítica
Secuela de “Aquaman” de nuevo con James Wan en la dirección. El malayo/australiano sabe darle dinamismo a la acción, crear follón sobre topicazos de venganza, ambición y poder, y hacer ver que se combate el poder totalitario con títere cuando cae (conscientemente) en mensajes de todo lo contrario.
Aquaman/Jason Momoa ahora es padre y se ocupa de asuntos domésticos y de reinado, que si cambia un pañal que si se aburre con el politiqueo… Lo que le pone es embarcarse en una aventura con monstruos gigantes, un mecha y un creciente estrépito de pugnas de reinados con fondo de loa familiar.
La película, que hace sonar conocidas canciones de Steppenwolf (“Born To Be Wild”) o Norman Greenbaum (“Spirit In The Sky”), alterna el desenfado con lo pomposo en un conjunto bastante indiferente de claves manidas (y ya bastantes cargantes) en las multitrilladas historias de superhéroes.
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James Wan
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