Dirección: Mark Neveldine y Brian Taylor.
Intérpretes: Nicolas Cage, Ciarán Hinds, Idris Elba, Violante Placido.
Secuela de “Ghost Rider”. Con guión de Scott M. Gimple, David S. Goyer (“Jumper”, “El Caballero Oscuro”) y Seth Hoffman.
Sinopsis
Johnny Blaze (Nicolas Cage) se traslada a Europa del Este para proteger a un niño y combatir al demonio, quien se pretende ocultar bajo apariencia humana.
Crítica
Esta secuela de “Ghost Rider” es una fantasía sobrenatural de acción donde todo suena a falso y a farsa. Las interpretaciones se mueven entre la inexpresión, la caricatura y lo histrión.
Nicolas Cage está de chiste (mi madre… y qué doblaje), los diálogos son de cachondeo y la trama es un híbrido entre simpleza y grandilocuencia, pobre excusa para lucir calavera ardiente, chupa de cuero, moto de alta cilindrada y efectos especiales.
Sus responsables juegan la baza de espectáculo estiloso, camp, coñón, con el encanto de la serie B y el protagonismo de un singular antihéroe, pero el resultado es una farsa vacua y de gratuita violencia.
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