Crítica
Debut de Buffalo Springfield, una de las principales bandas estadounidenses de los años 60 cuyo legado podría haber sido mayor si no concurrieran las fricciones entre sus componentes y las ganas de volar en solitario de una de las principales figuras de la historia del rock: Neil Young.
Conjugando desde penetrantes, hirientes guitarras con logradas armonías vocales el pop herencia de los Beatles junto al más enraizado sentimiento rock, blues, folk y country estilo The Byrds, el LP “Buffalo Springfield” es una pieza fundamental dentro del panorama musical americano en su periodo lisérgico, pues sus estructuras y honduras sonoras (especialmente sus pautas country-rock) influenciaron e influenciarán a multitud de bandas pretéritas, presentes y futuras.
Además de “For What It’s Worth” (tema incluido en la versión estéreo del album, sustituyendo a “Baby, Don’t Scold Me”), el éxito escrito por Stephen Stills que se convirtió en todo un himno protesta generacional, el mismo autor presenta excelentes temas con trazos country (“Go And Say Goodbye” y “Pay The Price”), blues (“Hot Dusty Roads” y “Leave”), folk rock (“Everybody’s Wrong”) o pop (“Sit Down I Think I Love You”).
Neil Young nos ofrece gemas pop interpretadas por la excelente voz de Richie Furay, “Nowadays Clancy Can’t Even Sing”, la memorable “Flying On The Ground Is Wrong” o “Do I Have To Come Right Out And Say It”, y dos hipnóticas piezas que cuentan con su inconfundible registro nasal, “Burned” y “Out Of My Mind”.