Crítica
Once años después de su último disco, “Lex Hives” (2012), los suecos The Hives no han perdido su energía garajera punk con “The Death Of Randy Fitzsimmons”, un álbum producido por Patrik Berger con potentes temas, catárticos, cortos, directos…
Se abre el LP con “Bogus Operandi”, en el que el cantante Howlin’ Pelle Almqvist se expresa de forma airada contra los tejemanejes criminales de poder y sus consecuencias… estafador de terciopelo, mi personalidad está podrida…
Canción rápida, irónica, de explosión guitarrera, acordes contundentes, riff pegadizo, fuzz, himno estribillo.
“Trapdoor Solution”… ¿tienes problemas?… pues haz una trampilla y tiras a todos los gilipollas que te los crean al sótano.
Frenético punk, bravío, contagioso… con actitud. Dos minutos dura.
En “Countdown To Shutdown” hacen referencia al psicólogo humanista Abraham Maslow, el de las jerarquías de necesidades, y al Esquema Ponzi, de nuevo con un mundo de engañabobos y estafadores… vienen por la corona, te destrozarán.
Ritmo ágil, bullanguero, con el bajo dominante de The Johan And Only.
Pelle se gusta en “Rigor Mortis Radio”… nunca me viste mejor, esto brilla, tú también podrías… ironía en medio tiempo, aquí se tranquiliza un pelín el disco, con percusión prominente en la intro y un desarrollo con cruce entre el R&B de los Rolling Stones en los 60 y el glam rock 70s.
En “Stick Up” no se fían de los consejitos en un mundo asqueante… dicen que la vida es para vivirla pero la vida actual es un atraco… y más desde el poder político.
Es una canción con arreglos más currados, R&B, swing rock, de incisivo estribillo y con aportación de viento.
“Smoke & Mirrors” les devuelve a las ansias garajeras punk con un cántico bullanguero de taberna en el que vuelven a utilizar una sección de metal… tus problemas terminarán pasada la noche…
Cantan en plan coro-himno, entendiendo tu angustia en un contexto de mierda.
La energía no cesa con “Crash Into The Weekend”, buen tema que podría grabarse en la parte final de los 60 por bandas garajeras y blues rock, tipo Sonics, Stooges… con ritmo a lo Bo Diddley.
Se busca el escapismo de fin de semana… lo pasaré como el hijo del demonio.
Un riff hard rock comienza “Two Kinds Of Trouble”, pelotazo melódico y rítmico, con guitarra aguijón, humor y catarsis.
“The Way The Story Goes”.
Esta enérgica canción es puro garage rock 60s con toques de los Ramones y su bubblegum/punk/surf.
“The Bomb” es uno de los cortes más frenéticos del LP para hacer pogo y no parar. Pegajoso punk chicle de letra mínima.
En “What Did I Ever Do To You?” vuelven a trabajar más los arreglos, con un estupendo tema lento atmosférico sobre desesperación tras ruptura… no me merezco esto, deja de gritar… ¿qué te hice?…
Hay elementos electrónicos, surf, garajeros, R&B. Buen corte.
Terminan el disco con “Step Out Of The Way”… apártate del camino si no puedes seguir el ritmo… canción de un minuto y medio que pone fin al álbum con su energía e ironía característica. Potente. Disfrutable.