Crítica
Con “Saviors”, los Green Day retomaron su colaboración con el productor Rob Cavallo para grabar un reciclaje de sus ritmos y melodías pop-punk/power pop en canciones cortas.
Tienen potencia, frescura, son pegadizas.
Se abre con “The American Dream Is Killing Me”, bullanguera, con estribillo himno y las cuitas sociales y políticas de rigor/pose punk con un tono de desencanto.
Hay lugar para los dobles discursos políticos, la pedofilia o el Tik Tok.
“Look Ma, No Brain!”, enésimo remedo de los Ramones por parte de los californianos con enfoque irónico y tempo frenético.
“Bobby Sox” es un corte muy Weezer.
“One Eyed Bastard” mezcla el hard rock, el bubblegum y el punk pop en medio tiempo con centro en un paisano que busca venganza.
En “Dilemma” calman el tempo en otra canción que podrían grabar junto a Weezer. Trata la paranoia, la obsesión, la adicción.
A bailar con “1981”, tema de contagioso y rápido ritmo bubblegum punk, ahora hablando de una moza que quiere mover su cabeza como en el año 1981.
“Goodnight Adeline” es una canción más lenta, sin perder potencia instrumental y con Billy Joe Armstrong en torno a una resaca.
“Coma City” retoma el alto ritmo, el pesimismo desde la mansión y la influencia ramoniana.
Intro hard rock AC/DC en “Corvette Summer”, corte también con herencias glam sobre la posición de escaparate social de la estrella de rock que (aunque no se note) no gusta al trío.
“Suzie Chapstick” retoma el power pop con su indudable talento melódico, ahora con tono nostálgico recordando a una novia en una “noche fría y solitaria”.
“Strange Days Are Here To Stay” es un rápido pop punk con referencia/homenaje a David Bowie, “desde que murió ya nada es igual”…
“Living In The 20’s” es más queja por la degradación social y política (real) que sufrimos en estos años 20 del siglo XXI.
Sonido acústico en “Father To A Son”, canción lenta, sentimental en una declaración de un padre a un hijo, con arreglos orquestales.
La canción que titula el disco, “Saviors”, se inicia como cuando Oasis grababa psicodelia estilo The Beatles antes de una monotonía pop-rock.
Termina el disco (sin bonus tracks) con “Fancy Sauce”, balada con ambiente de sanatorio psiquiátrico y búsqueda de paz y refugio interior como huida de un mundo de mentiras.
También muy Weezer.