Dirección: Chloe Domont.
Intérpretes: Phoebe Dynevor, Alden Ehrenreich, Eddie Marsan, Rich Sommer.
Con guión de Chloe Domont (“Ballers”).
Sinopsis
Emily Meyers (Phoebe Dynevor) es pareja de Luke Edmunds (Alden Ehrenreich). Ambos trabajan como analistas financieros para un fondo de Nueva York y, a causa de la política de su empresa, deben ocultar su relación. Cuando un gestor pierde su empleo, Luke suena para su reemplazo, pero finalmente la elegida por el director ejecutivo, Campbell (Eddie Marsan), es Emily. En principio, Luke se toma bien la noticia, pero ante el ascenso en la empresa de Emily y su declive laboral y personal, la relación entre ambos comienza a deteriorarse.
Crítica
“Juego Limpio” se inicia como un drama laboral y de pareja que poco a poco deriva en una intriga psicológica con fuertes tensiones entre los protagonistas de la historia.
La presentación de personajes y el planteamiento se toma su tiempo. Aunque el conflicto está latente desde el principio, tarda en tomar forma, explotando en su tramo final.
Gran parte de la película se desarrolla en el ambiente laboral con un enfoque dramático generado en el contexto impersonal de la empresa en la que ambos trabajan, con un clima de competencia y vaivenes en la relación de pareja.
Hacia la mitad de la película hay un cambio de tono hacia un thriller trágico, resultando muy denso en su tramo final y precipitando reacciones extremas, lo que le resta valor.
La pareja protagonista está bien interpretada por Phoebe Dynevor y Alden Ehrenreich, en especial por la primera, de aspecto dulce y frágil. Los secundarios son estereotipos y están desdibujados.
La narración tiene estilo y ritmo, buceando en los aspectos psicológicos. Sabe mostrar los cambios que afectan a toda relación de pareja, vida sexual incluida, la idea que tenemos de nosotros comparada con nuestra pareja, la envidia, los roles… pero, aunque el planteamiento es interesante, su evolución se descontrola, tanto en historia como en personajes.
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