Dirección: Martin Scorsese.
Intérpretes: Leonardo DiCaprio, Lily Gladstone, Robert de Niro, Jesse Plemons.
Con guión de Martin Scorsese (“Uno De Los Nuestros”) y Eric Roth (“Ha Nacido Una Estrella”).
Sinopsis
Después de combatir en la Primera Guerra Mundial, Ernest Burkhart (Leonardo DiCaprio) llega a la casa de su tío, el adinerado William “King” Hale (Robert de Niro), quien le habla de los indios osage de Oklahoma, un pueblo enriquecido por el petróleo. Ernst conoce a una india osage, Mollie Kyle (Lily Gladstone), cuando trabaja como chófer y termina casándose con ella. Poco a poco, diversos asesinatos se producen en el entorno de Mollie, algo que investiga el agente del BOI, Tom White (Jesse Plemons).
Crítica
Martin Scorsese adaptó un libro de David Grann para narrar unos hechos reales que conllevaron asesinatos de unos indios osage en los inicios del siglo XX.
El resultado decepciona. En casi 3 horas y media, el neoyorquino acumula asesinatos promovidos por un Robert de Niro deseoso de hacerse con el dinero de los indios utilizando a un sobrino, bien caracterizado como cumplidor pánfilo, por Leonardo DiCaprio.
Es interesante el cinismo de un personaje de pose amable, filantrópica (Robert de Niro) que en realidad no es más que un criminal sin escrúpulos.
También es destacable, dentro de parámetros sin mucha incisión psicológica, la evolución sensible, con sentimiento de culpa, en la relación de pareja entre DiCaprio y Lily Gladstone.
En la película se utiliza la inversión del whodunit, lo que conlleva la ausencia de intriga en torno a los asesinatos, demasiado redundantes.
También hay atisbos de humor negro antes de tender hacia el drama familiar y judicial. Con tanto cadáver en pos del beneficio esto parece las “Ocho Sentencias De Muerte” de Robert Hammer en la Ealing pero en ambiente neowestern.
Los motivos son simples, las acciones muy repetitivas y la resolución anticlimática. Tampoco, al margen de algún ritual y superstición, se adentra demasiado en la cultura osage.
Visualmente se maneja con fluidez, planos largos, partes documental, captando con estilo interiores y exteriores. Algunos flashbacks sobran y están “desencajados” en la narración.
La película, sobrevalorada y esquemática, necesitaría síntesis, para evitar reiteración, y los personajes tendrían que ser más complejos en su psicología para dotar de fondo emocional a su forma épica terminada en un frío epílogo con la presencia del propio Martin Scorsese en un programa de radio. También en ese tramo aparece el músico Jack White y antes lo había hecho, interpretando a un personaje de más empaque, Jason Isbell, ex de Drive-By Truckers.
Otro músico, en este caso el ya fallecido Robbie Robertson, de The Band, compuso la banda sonora.
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